Debate sobre la 'ley Sinde'

Yo mismo y muchos de mis amigos nos dedicamos a actividades creativas: unos escribimos, otros son músicos, otros incluso hacen teatro en la calle. También somos creadores, aunque seamos pobres y tengamos otras ocupaciones para ganarnos el sustento económico. Hacemos lo que hacemos porque disfrutamos, nos paguen por ello o no. ¿Seguiría haciendo música el señor Alejandro Sanz si nadie le pagara por ello? Parece que no, al afirmar en las páginas de este periódico que, sin leyes como la ley Sinde, "nuestro futuro cultural desaparecería", lo cual, paradójicamente, me parece una profunda minusvaloración de la cultura. ¿Desaparecería el fútbol si Cristiano Ronaldo y demás dejaran de percibir fortunas por la prestación de sus servicios? Menos demagogia y más reflexión para hallar soluciones.- Sergio García Clemente. La Laguna, Santa Cruz de Tenerife.
En su carta del lunes 27, el señor Gómez Vaquero se duele de vernos a Javier Marías y a mí sosteniendo la postura "a todas luces insostenible" de perseguir en la Red los delitos contra la propiedad intelectual. Nos reprocha no entender que la única forma de hacerlo es interceptar las comunicaciones de los usuarios para saber qué descargan y qué no, "lo que supone vulnerar su derecho a la intimidad y el secreto de las comunicaciones". De modo que es a todas luces insostenible buscar medios para prevenir o castigar cualquier delito en Internet, sea la pederastia, el terrorismo o el robo de patentes, porque combatirlos exige una injerencia cuasi-fascista en ese santuario donde todo debe estar permitido y no debe regir más ley que la buena voluntad o la falta de escrúpulos. Incontrovertible. Gracias por sacarme de mi error, señor Gómez Vaquero.- Fernando Savater. San Sebastián, Guipúzcoa.
Me llama la atención la retórica izquierdista y antisistema (lucha contra el poder, libertad de expresión, cultura para todos) que envuelve el saqueo de contenidos culturales a través de Internet. Yo pensaba, y más con la que está cayendo, que la contestación al sistema era otra cosa. Que consistía, como hacen miles de jóvenes en toda Europa, en salir a la calle y oponerse a la precariedad laboral, a la privatización de los servicios públicos, a las medidas que encarecen la enseñanza, rebajan los derechos de los trabajadores o favorecen la xenofobia. Pero estaba equivocado. Lo verdaderamente subversivo, al menos en nuestro país, consiste en quedarse en casa bajándose series de la HBO y pelis de Bruce Willis. Así nos va.- Lluís Arcarazo.Guionista. Barcelona.
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