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Entrevista:DESAYUNO CON... NÚRIA DE GISPERT

"La gente quiere que nos pongamos a trabajar ya"

Àngels Piñol

Núria de Gispert lleva desde hace una semana en la solapa una flor blanca como símbolo de su felicidad por haber sido nombrada la primera mujer presidenta del Parlamento de Cataluña. "Quería demostrar que son días especiales pero también está de moda ¿eh?", dice entre coqueta y divertida esta jurista y diputada (Barcelona, 1949) tras asistir a una reunión de la Mesa y de la Junta de Portavoces del Parlamento, en el Parc de la Ciutadella, en Barcelona.

Como una niña con zapatos nuevos con el cargo, De Gispert es una veterana diputada, militante de Unió desde hace 25 años que ha visto culminada su dilata carrera. Hoy se cumplen siete días de su nombramiento gracias a 77 votos - 62 de CiU, 6 del PSC, 6 del PP y 3 de Ciutadans- sobre 135 con la única oposición del grupo de Joan Laporta. Cuando se anunció el resultado, De Gispert se levantó de su escaño, miró a la tribuna de público, donde estaba su marido, salmantino, y cuatro hijos, y no pudo evitar casi llorar. En el estrado, pronunció un discurso que pareció feminista -"¡No, no, no lo era!", matiza- en el que invitó a las mujeres a romper el techo de cristal sobre sus cabezas.

La presidenta del Parlamento catalán renunció a su cargo en Unió al ser elegida

Quizá no fue un texto feminista pero esta abuela de cinco nietos se rebeló ya desde niña cuando liberaban a sus hermanos de recoger la mesa -"¿Y por qué tenemos que hacerlo nosotras?", preguntaba a sus padres-. O cuando decidió ser abogada, rompiendo la tradición familiar que decía que las hijas debían estudiar carreras de grado medio. Pero ella quiso seguir los pasos de su padre, Ignasi de Gispert, ex decano del Colegio de Abogados de Barcelona, y cursar Derecho. "Se lo pedí por carta: lo aceptó pero me dijo que no aceptaría ni un suspenso y... ¡que no buscara novio en la Universidad!", recuerda mientras desayuna en el bar del Parlamento catalán un pequeño bocadillo de jamón, un zumo de naranja y dos cortados.

Tiempo después, en 1980, su padre fue el primer consejero de Justicia de Jordi Pujol. Y ella colaboró con él y años después le sucedió. Fue consejera seis años y su militancia cristiana no le impidió impulsar en 1998 la primera ley de parejas de hecho de España. "Era una realidad que estaba en la calle. A mi padre no le gustaba mucho pero lo entendía cuando le explicaba que las parejas de hecho y los homosexuales tenían que ver preservados sus derechos", cuenta De Gispert, considerada la política más convergente de Unió.

Mujer de fuerte carácter, De Gispert renunció el sábado a sus cargo en el partido porque concibe su nuevo puesto como neutral y no le temblará el pulso al recortar los gastos del Parlamento un 20% o 30%. Quiere predicar con el ejemplo y cree que no es preciso que todos los miembros de la Mesa tengan coche oficial.

Pese a su veteranía, los nervios le han impedido casi comer y dormir. Pero la primera sesión de la investidura de Artur Mas como presidente de la Generalitat fue como una seda: los portavoces se ajustaron al reloj salvo a Albert Rivera, de Ciutadans. La sesión sigue hoy y De Gispert debe suspirar porque tras el pacto CiU y PSC Mas será investido. "No se entendería que no lo fuera. Ya se entendió poco que no saliera en primera vuelta. Me dejó mal sabor de boca", dice. Pese a ser Nochebuena, mañana tiene audiencia con el Rey para comunicarle el nombramiento. "La gente quiere que nos pongamos a trabajar ya", acaba.

De Gispert pidió a su padre por carta que le dejara estudiar derecho.
De Gispert pidió a su padre por carta que le dejara estudiar derecho.J. S

El bar del Parlamento catalán. Barcelona

- Dos bocadillos pequeños de jamón: 2,56 euros.

- Un zumo de naranja: 2.

- Un agua: 0,56.

- Tres cortados: 2,01.

Total: 7,01 euros.

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