Los socialistas achacan su caída al "arrastre" de las políticas de Zapatero

El PSOE de Andalucía sigue sin creerse que se esté produciendo un vuelco electoral en Andalucía que le sitúe en los bancos de la oposición y confía en que su electorado se movilice para impedir la llegada de la derecha al Gobierno autónomo. Para los dirigentes socialistas andaluces no era ayer un día para hacer autocrítica. A nadie le cogió por sorpresa los datos de la encuesta del IESA -que el Gobierno tenía desde hace una semana- y a la que siempre le han dado un valor añadido por la seriedad de este instituto demoscópico y la amplia muestra del estudio (3.655 entrevistas personales).

El principal alivio de los socialistas es que, según analizan ellos, no hay trasvase de votos al Partido Popular y que los resultados que sitúan a este partido al borde de la mayoría absoluta se debe más a que sus potenciales votantes están machacados por la crisis económica y no mantienen la fidelidad de voto del PP. Este partido retiene casi al 90% de su electorado, mientras que el PSOE pierde casi a la mitad del suyo. Dicho de otro modo, ya hay muchos que tienen interiorizado que el PP puede ganar, pero no que lo haga por mayoría absoluta, con lo que el PSOE mantendría el gobierno si pacta con Izquierda Unida.

Griñán no dio pie a la autocrítica y nadie quiso abrir ese camino

El secretario general de los socialistas y presidente andaluz, José Antonio Griñán, analizó ayer la encuesta con los secretarios generales provinciales y después con todos los miembros de la ejecutiva del PSOE. En ambas reuniones, según varias fuentes, se achacó casi en exclusiva a "un efecto de arrastre" de las políticas económicas de Zapatero la caída en picado en 11 puntos del PSOE andaluz respecto a las elecciones autonómicas. Pero dicho eso, la dirección del PSOE, empezando por Griñán, advirtió contra las tentaciones de marcar distancias y diferencias con el PSOE federal. Eso sería letal para todos los socialistas, porque consideran que la federación andaluza es "el corazón" del PSOE. "No estamos en nada de acuerdo con la línea de Barreda [presidente de Castilla-La Mancha] de marcar distancias, aunque evidentemente si nos meten un dedo en el ojo diremos ay", afirmó un dirigente.

En la reunión se puso el acento en que el crecimiento del PP no es tan fuerte "como el desgaste del PSOE" debido, dicen, a la crisis y a las medidas económicas de Zapatero. La pregunta que algunos hicieron es cuándo se va a poner freno a esta situación. Pero no se entró en evaluar los propios errores, ni a nadie se le ocurrió plantearlo porque ese abanico no lo abrió el secretario general y, si Griñán no da pie a ello, nadie quiere arriesgase a que lo miren mal. "La situación no es irreversible, hay margen para recuperar el desafecto", dicen. El PSOE va a dejar pasar las Navidades para pasar a la acción que se visualizará en el comité director del 15 de enero, a menos de cinco meses de las elecciones municipales y que pasará por un rearme ideológico de izquierdas y una agenda propia sin marcar discrepancias con Madrid.

Oficialmente se puso el acento en la subida en 16 puntos en conocimiento de Griñán, destacó la presidenta del PSOE, Rosa Torres. La consejera de la Presidencia, Mar Moreno, dijo que "la euforia del PP es una euforia con los pies de barro porque no se basa en sus propuestas o alternativas, sino en la crisis".