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Reportaje:

Un jabalí en el jardín romántico

El Museo Cerralbo abre las puertas y muestra sus 50.000 piezas, reflejos de la forma de vida de la nobleza del siglo XIX

El marqués de Cerralbo, gran coleccionista de arte, tenía 26 años cuando se murió el padre de su mejor amigo y compañero de Universidad, Antonio del Valle. Enrique de Aguilera y Gamboa (1845- 1922), así se llamaba el noble, eligió para casarse no a la hermana de su amigo que tenía su misma edad, sino a la madre viuda, Inocencia Serrano y Cerver, de 55. Y sobre un terreno en Argüelles comprado por sus dos hijos construyeron en 1893 la vivienda familiar y después Museo Cerralbo (Ventura Rodríguez, 17). Tras una rehabilitación de cuatro años ha abierto sus puertas esta casa histórica no muy conocida por el gran público a pesar de ser -con sus 50.000 piezas- un impagable testigo de la forma de vida de la nobleza del siglo XIX. Su directora, Lourdes Vaquero, recorre algunas de sus obras imprescindibles para visitar el museo.

- Un jabalí del siglo XVI. Reproduce una pieza de otro jabalí romano del siglo XVI que está en el palacio Pitti de Florencia. El trono que ostenta este porcellino en el jardín romántico se lo ha ganado a pulso, ya que levantó dudas sobre su autenticidad. Se pensó que era una copia de otro en bronce del siglo XIX. Finalmente, se supo que este procede del palacete de los duques de Medinaceli, que al vender sus obras lo compró el marqués de Cerralbo. No se conoce su autor, pero se sabe que es del Renacimiento.

- Tapiz atribuido a Francisco Tons, de Pastrana. En la imponente escalera de honor se encuentra esta pieza de gran tamaño, un tapiz heráldico de los duques de Pastrana, de 1625, de lana y seda atribuido al taller de Francisco Tons. Es uno de los pocos que se conservan de Pastrana que tuvo una producción muy exquisita. Para colocar esta pieza en la casa Cerralbo tuvieron que venir operarios de Amberes y Bruselas.

- Armadura samurái llegada de París. Al final de la sala árabe se encuentra esta armadura del periodo Edo que adquirió el marqués de Cerralbo en la casa de subastas del hotel Drouot, en el barrio de Montmartre, en París. Forma parte de un lote que compró de objetos exóticos, como pipas para fumar opio o un tamtan africano, que se encuentran en la sala árabe. El marqués estaba inmerso en ese comercio que existía en el siglo XIX, algo exagerado a los ojos de hoy, pero que le convirtió por otra parte en un patrocinador de patrimonio.

- Un goya en el pasillo. Es un dibujo perteneciente a la época de Goya en Burdeos (1824-1828) titulado Coche barato y tapado. Corresponde a un cuaderno del genio de Fuentedetodos dedicado a diferentes medios de locomoción de la gente humilde.

- Bodegón minimalista sobre fondo negro. En el comedor de gala resalta la colección de bodegones que siempre tienen mucho tirón. Hay que destacar dos pequeños cuadros, que son racimos de uvas sobre un fondo negro de un realismo impresionante. En uno de estas joyas, de Juan Fernández El labrador, fechada hacia 1630, hay pintada una mosca difícilmente visible porque reproduce la iluminación algo en penumbra que tenía la estancia. El labrador era un pintor de producción muy escasa, pero exquisita y muy próxima a nuestra estética minimalista. La soledad de un racimo de uvas es de gran belleza.

- 'Retrato de caballero', de Tintoretto. De 1555 ha sido identificado como algún miembro de la familia Doria genovesa. Esta que formó parte de una exposición en el Prado tiene muy demostrada su atribución, ya que cuando se inventariaron las obras hubo alguna sorpresa.

- Espada ibérica pistiliforme en el despacho del marqués. Pieza rara, no hay muchas con esta forma, del siglo XI antes de Cristo, es un testimonio de la afición del marqués por la arqueología. Es una de las pocas que permanecen en el Cerralbo, ya que su dueño legó la mayoría de su colección al Museo Arqueológico.

- Un greco que se salvó de la Guerra Civil. San Francisco en éxtasis (hacia 1600) es una de las iconografías más utilizadas por El Greco. Representa al santo cuando recibe los estigmas acompañado de su hermano León. Este cuadro es el único que salió del museo durante la Guerra Civil, junto con los cuadros del Prado que fueron a Ginebra para protegerlos de los daños de la contienda.

Jabalí, del siglo XVI, situado en el jardín del museo.
Jabalí, del siglo XVI, situado en el jardín del museo.ARCHIVO MUSEO CERRALBO

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