El PSPV critica la dejación del PP en la planta de frigoríficos
La edil Sánchez Brufal habla de "falta de interés" de Castedo
"La dejación es tremenda, aquí nadie se ha preocupado de nada", se lamentaba ayer la edil socialista en el Ayuntamiento de Alicante, Carmen Sánchez Brufal, al confirmar, tal y como publicó ayer EL PAÍS, que la única planta preparada para el reciclaje de frigoríficos, ubicada en el polígono del Pla de la Vallonga de Alicante, lleva más de tres años inactiva.
Las obras están terminadas, y todo, en teoría, preparado, pero diversos problemas técnicos y discrepancias entre las administraciones han provocado que la planta no se use todavía. Su capacidad es de 35.000 frigoríficos al año, unos 200 cada día. El terreno para construir esta instalación, que fue financiada al 80% (de los 3,6 millones) con fondos europeos, fue cedido por el Ayuntamiento de Alicante. "Algo tendrá que decir la alcaldesa, Sonia Castedo, sobre los motivos por los que no se está usando", recriminaba la concejal socialista que se preguntaba por las medidas de control del Ayuntamiento sobre "los frigoríficos, que teniendo una planta disponible, se han enterrado en Foncalent durante todos estos años. ¿Cómo se ha podido consentir?".
"Parece que un marciano dejó caer la planta, y vieron las deficiencias"
El primer problema técnico que surgió, nada más finalizar las obras, cuando los técnicos descubrieron que la maquinaria instalada era para recoger el gas CFC que se usa en los frigoríficos más antiguos, pero no para tratar el ciclopentano, que no daña la capa de ozono, y es el que se usa en las neveras actuales. Se cambió el sistema y se reparó el error. Pero luego, los técnicos alertaron de que la planta se ubicaba sobre un terreno "inestable", y que además se ha visto afectado por el movimiento de tierras de otras empresas próximas, por lo que se tuvieron que realizar obras de refuerzo del firme. Y el último escollo para su puesta en funcionamiento son las discrepancias en la negociación de un convenio que regule las condiciones en las que una de las tres empresas que optan a la explotación de la planta realizará el traslado de los frigoríficos domésticos o industriales a esta instalación para su tratamiento.
El PSOE considera que esta situación evidencia "la falta de interés" tanto de la consejería de Medio Ambiente, a través de la empresa mixta Vaersa, como del propio Ayuntamiento de Alicante, que "han tolerado" durante tres años esta situación. Según Carmen Sánchez Brufal, en los informes presentados cada año a la Sindicatura de Cuentas la empresa Vaersa "ocultó que esta planta estaba fuera de servicio y en el documento de revisión del plan de residuos sólidos se asegura que la instalación está prestando servicio, cuando queda demostrado que no es así", dijo la edil.
Sánchez Brufal considera "inadmisibles" las explicaciones de Vaersa sobre los problemas técnicos y retrasos. "Parece que haya venido un marciano y haya dejado caer la planta, cuando son ellos los que aprobaron y ejecutaron este proyecto y luego descubrieron las deficiencias", declaró.
La planta de reciclaje para frigoríficos tiene una superficie construida de algo más de 2.000 metros cuadrados que se distribuyen en dos alturas. La nave, donde se extraerá el gas de los frigoríficos (un elemento más que contaminante, inflamable), separará también el cobre, el aluminio, el plástico o el vidrio que contienen los electrodomésticos para remitir después todos estos materiales a un reciclador para crear nuevas materias primas. La planta, de capital y gestión pública, pretende autofinanciarse y ser autosuficiente, y su puesta en marcha creará entre seis y nueve puestos de trabajo.
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