Sáenz sostiene que las cajas vascas "no necesitan fusionarse porque son muy buenas"

El vicepresidente y consejero delegado del Banco de Santander, el vizcaíno Alfredo Sáenz, sostuvo ayer, en Bilbao, que las cajas vascas no necesitan fusionarse salvo por "razones de sinergia". Destacó, incluso, que el País Vasco ya tiene una caja fuerte en alusión directa a BBK aunque sin citarla y que también las otras dos más importantes disponen de solvencia. Eso sí, Sáenz mostró su convicción de que el Banco de España cuenta con "instrumentos potentes" como la Ley de Cajas y el FROB (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria) para liderar "procesos de estructuración fuertes, incluso contra la voluntad de las partes".

En relación a lo que pueda deparar el futuro en el País Vasco, se limitó a decir que "otra cosa es que pueda convenir a alguna de las cajas el unirse, pero yo creo que el País Vasco tiene unas cajas muy buenas". Quizá por ello agregó que la fusión podría darse entre estas entidades "por razones de sinergias o económicas", pero "técnicamente hablando" son cajas de ahorro, a su juicio, "capaces de mantenerse por sí mismas, con independencia".

Durante su intervención en el Foro Liderazgo Euskadi, ante una nutrida representación empresarial y financiera, admitió la opacidad sobre las fusiones frías -"no se conocen muy bien todavía", dijo- ya que en Banco de España "está siendo relativamente hermético en sus decisiones". Eso sí, según Sáenz, el Banco de España está "muy determinado" a que esos procesos "vayan adelante" porque uno de los asuntos "fundamentales" de la economía española es la reforma de su sistema financiero, y en este sentido citó la fecha del 15 de enero próximo.

Durante su conferencia, Sáenz sostuvo que "no existe riesgo" probable de que España vaya a necesitar ser rescatada económicamente por la Unión Europea. Eso sí, advirtió de que se deberá ejecutar el plan de ajuste diseñado por el Gobierno Zapatero para salir de la crisis, al que concedió capacidad para sacar al país de la actual situación. Para lograrlo, Saénz aconsejó "liberalizar todos los mercados que pueda".