"Mourinho afronta el reto de su vida"

La directiva del Madrid celebró ayer la tradicional comida de Navidad con la prensa en un clima de optimismo controlado. A juzgar por el ánimo de los dirigentes, la derrota sufrida en el Camp Nou hace dos semanas (5-0) dejó en ellos un recuerdo tan doloroso como edificante. "Mourinho es Dios", dijeron unos, reafirmándose en sus convicciones más encendidas. "El 5-0 fue terrible, pero nos vino bien para poner los pies sobre la tierra", comentaron otros. "Incluso a Mourinho le vino bien para situarse en la realidad que debe gestionar".

El acto se desarrolló en el antepalco del estadio Bernabéu y se centró en el discurso del presidente, Florentino Pérez. Cada día es más extraño que el máximo responsable madridista hable en público. Ayer lo hizo. Y se manifestó con prudencia. No prometió títulos. Solo estabilidad y un proyecto de construcción paulatina alrededor de la figura omnipresente de Mourinho, del que todos hablaron, pero que no estuvo físicamente presente. "Este es el club con más presión del mundo", dijo el presidente, enfundado en un conjunto al que nunca renuncia: traje gris oscuro, camisa celeste y corbata azul marino.

"El 5-0 del Camp Nou nos ayudó a poner los pies sobre la tierra", dice un dirigente

"En un análisis menos emotivo sí veo que en algo hemos mejorado", prosiguió, evaluando su año y medio de gestión. "La paz institucional que hemos conseguido es importante. Creo también que hemos encontrado un equipo de jugadores muy jóvenes, con mucho talento y mucha hambre. Creo también que tenemos al mejor entrenador del mundo sin ninguna duda. Su currículum lo dice. Pero por estar en el Real Madrid creo que él se enfrenta al mayor desafío que ha tenido a lo largo de su vida profesional. Y eso también forma parte del atractivo de este club".

"Todo lo que sucede alrededor de este club tiene una repercusión gigantesca", apuntó el presidente. "Esa es la herencia que hemos recibido y tenemos que estar a la altura".

"No somos perfectos", dijo Florentino Pérez, antes de declarar que se esfuerza por mejorar el funcionamiento del club. En lugar de anunciar grandes hazañas se cuidó de incurrir en la grandilocuencia y reveló una esperanza humilde: "Espero que el año que viene nos podamos volver a reunir aquí. Será señal de que gozamos de buena salud, que es lo más importante".

Entre los asuntos que se comentaron en el encuentro destacaron la salud de Higuaín, el probable fichaje de un nueve, la próspera recuperación de Kaká, que ya superó sus molestias de pubis, y la cohesión del vestuario. "El vestuario es una piña alrededor de Mourinho", aseguraron los directivos más optimistas, seguros de que el técnico portugués ha logrado atenuar las diferencias entre los diversos grupos, principalmente los españoles, encabezados por Casillas, y los portugueses y brasileños, representados por Cristiano.

Sobre la contratación de un nueve que reemplace a Higuaín en caso de que no se recupere de su lesión lumbar, el director general, Jorge Valdano, se mostró cauto y advirtió que el club esperará dos semanas a ver cómo evoluciona el jugador. Valdano recordó que, con o sin Higuaín, el canterano Álvaro Morata tiene condiciones para ser el tercer punta de la plantilla.