No hay tregua para la banca española
Los inversores parecen acostumbrados a los mensajes amenazantes o catastrofistas, y ayer pasaron por alto el anuncio de la agencia de calificación Moody's de mantener a la banca española en "perspectiva negativa" por sus posibles problemas de capitalización y por las dificultades de acceso a la financiación.
A lo largo de la mañana, los valores bancarios sufrieron de nuevo la presión vendedora, pero, al no haber nada nuevo en el mensaje, fueron recuperando posiciones para llegar al final de la sesión con recortes mínimos o algún avance.
Esa presión vendedora sobre la banca hizo que el Ibex 35 perdiera el nivel de los 10.100 puntos en la primera hora de sesión, para pasar a continuación a protagonizar una escalada que le llevó, poco antes de la apertura de la Bolsa de Nueva York, a superar de nuevo los 10.200 puntos, con un máximo intradía en 10.219,70 puntos.
La ausencia de indicadores importantes hizo que los inversores prestaran atención a cuestiones globales de interés secundario para los mercados de renta variable, como la decisión de China de no subir sus tipos de interés. La Bolsa de Nueva York, que abrió con una discreta subida, fue ganando altura al considerar los inversores que la decisión china frenará posibles trasvases de dinero hacia los mercados asiáticos. Esos avances, sin embargo, no lograron mantener al Ibex 35 por encima de los 10.200 puntos, con lo que el final de la sesión le dejó en 10.151,20 puntos y un avance del 0,29%.
En los mercados de deuda tampoco se detectaban movimientos importantes, al mantenerse los inversores a la espera de novedades en la eurozona, aunque los analistas insisten en que no se producirá ninguna en cuanto al eurobono o un posible aumento del fondo de rescate. Los analistas, aunque piensan que el eurobono sería la mejor solución para el euro, consideran que la actuación del BCE respecto de la compra de deuda está teniendo buenos resultados, pero recuerdan que hasta ahora solo ha conseguido frenar algún ataque especulativo, pero no eliminar del todo las tensiones.
De hecho, el bono español a 10 años continúa con su rentabilidad en el 5,46% y el diferencial con la deuda alemana se mantiene en 249 puntos, un nivel a medio camino entre la lógica y lo que los analistas califican como "riesgo de impago".
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