De la saeta al 'indie' andaluz
Un joven cordobés se convierte en el productor de moda de la música alternativa
En La Mina se puede dormir, jugar al ping-pong, hacer potajes, comer naranjas del árbol, jugar con el gato y grabar discos. Es el estudio en el que ahora mismo se produce la mayor parte de la música independiente andaluza. En un chalet de dos plantas en Espartinas (Sevilla), los músicos tocan en un salón dominado por bodegones, astas de ciervo y flores de plástico. Y en una habitación con un enorme ventanal al jardín, Raúl Pérez, al mando de la mesa, encuentra su sonido.
Con 25 años, ha creado La Mina, donde han grabado Pony Bravo, Mañana, Montevideo, Blacanova o Tannhäuser. Quien trabaja con él, repite y Francisco Martínez, Paco Loco, "un gurú" para Raúl Pérez, y uno de los productores más afamados en España, avisa: "Tiene mucho futuro".
Raúl Pérez, con 25 años, ha grabado a 40 bandas
"Busco lo que Loco hace: ofrece donde dormir y aporta personalidad"
Pérez, que empezó grabando saetas, lleva dos años sin un fin de semana libre. "Tengo cada vez más compromisos". Una pizarra con el calendario de 2011 anuncia que el ritmo no bajará en próximos meses. Cada vez, más bandas nacionales, como Pumuky. Dice que no sabe decir que no, así que ha trabajado con todos los que se lo han pedido. Unos 40 grupos.
Sentado en el porche de la casa, empieza por el principio. Su primer local de grabación era "un agujero", de ahí, el nombre de La Mina, "no porque pensase que me iba a hacer rico". Después de varias ubicaciones, hace siete meses, visto el ritmo de trabajo, buscó una casa en la que ofrecer alojamiento, una idea calcada del principal estudio de Andalucía, el que tiene Paco Loco, en El Puerto de Santa María (Cádiz). "Yo busco lo que él hace: los grupos se quedan en su casa y él aporta personalidad". En La Mina hay dos habitaciones para los músicos y una para Raúl, que vive con el gato y los muebles setenteros que le dejaron los dueños que le alquilan la casa.
Llegó a Sevilla de Pozoblanco (Córdoba) hace seis años a estudiar sonido, trabajó por horas como ingeniero de sonido y montó un estudio portátil con el que iba de local en local. En aquella época no tenía carné de conducir. Tras dejar Tweilicht, su grupo de siempre, montó su actual banda, The Baltic Sea. Y su nombre, hace dos años, empezó a sonar. "En Sevilla hay muchos grupos. Me quedé por eso". Él, tan tímido, se volvió muy popular en la escena indie de la capital. Hoy justifica su proyección por el boca a boca, pero las bandas, que suelen pasar una media de 15 días con él, no le simplifican. Lo dice la gente de Pony Bravo. Para Daniel Alonso, cantante de esta emergente banda de rock andaluz, que bebe del blues y del reggae, "es el mejor productor, es imprescindible". De él destaca su calidad. "Hay muy poca gente que sea capaz de que un grupo suene bien, como se hacía antiguamente en los grandes estudios del pasado, sin sobreproducir y sin usar artificios".
Algo tendrá que ver la mesa de sonido, una Raindirk serie III del año 73 que le consiguió Paco Loco por Ebay. "Un equipo analógico y vintage, que tiene bastante color e influye mucho en el sonido". El resultado de los discos es cuestión de técnica, pero también de carácter. A Pérez le gusta hablar con los músicos, aprovechar la convivencia para entender mejor lo que buscan. "Me divierte en cada proyecto partir de cero. Mantengo mi perspectiva, pero no me cierro". Por eso, que las bandas están a gusto con él, se nota. Algunas, como Las Buenas Noches, que acaban de grabar su disco Un mal día lo tiene cualquiera, hasta hacen puchero de alubias para comer. "Hay grupos que traen pizza, pero otros se lo curran", confiesa divertido Pérez.
Sentados en la mesa del jardín, en un día soleado, hablan relajadamente de Crimea, la canción que están puliendo. Y tras la cháchara, alzan la mano y toman el postre directamente del naranjo. "Tiene una capacidad increíble de generar un ambiente de confianza, le encanta lo que hace y lo transmite". Raúl Alonso, voz de Las Buenas Noches, le percibe así. "Respetamos mucho su criterio, su oído, y su elegancia en el trato hace que seas capaz de regrabar un arreglo 20 veces". Y no exagera. Puntilloso y paciente, aguanta tranquilísimo cuando, a la hora de mezclar, un músico insiste en probar una y otra vez.
Las bandas destacan que Pérez busca dos cosas: aportar su sonido como productor y respetar lo que ellos quieren. Ninguna se olvida de que solo tiene 25 años. José Casas y la Pistola de Papá, grupo emblemático del power pop sevillano, con 30 años de experiencia, acaba de grabar con él Scampa. Casas, de 46 años, cree que tiene "mucha capacidad de empatía, y por eso le aguarda muy buen porvenir".
Paco Loco interpreta el porqué de tantas buenas palabras hacia Raúl Pérez: "Para que la gente hable bien de ti, tienes que ser honrado y buena persona, y eso se traduce en tu trabajo". El de Pozoblanco, que tiene como referente al británico Nick Launay (productor de The Yeah Yeah Yeahs, Arcade Fire, y Nick Cave) hace un amable intento de amenaza. "Voy a intentar rechazar en 2011. Bueno... no rechazar, espaciar. Tampoco quiero dedicarme solo a grabar".
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