Un cielo sin incómodos destellos
Una iniciativa parlamentaria limita las luces de los parques eólicos
Son como fotos con flash en medio de la noche. Destellos intermitentes que distraen en mitad de la carretera, que incomodan a los vecinos y que tienen perjuicios para la ganadería. La proliferación de parques eólicos en Andalucía ha conllevado la extensión de sus señales nocturnas de balizamientos, unas luces molestas, inquietantes y llamativas. El Parlamento andaluz acaba de aprobar una moción que impedirá que los nuevos molinos de viento vuelvan a servirse de estos destellos luminosos e insta a las empresas a sustituir las de los ya instalados por bombillas rojas sin intermitencia. Es lo que ya se ha hecho en Medina (Cádiz), donde las continuas quejas de los habitantes y su Ayuntamiento surtieron efecto a principios de este año.
Los resplandores impactan en el ecosistema, el paisaje y el tráfico
Según los últimos datos conocidos por la Cámara autonómica, Andalucía cuenta con 123 parques eólicos con potencia de 2.873 megawatios. Los 3.000 se superarán cuando se pongan en funcionamiento los cinco parques que ya se están construyendo en Málaga, Huelva y Sevilla. La instalación de molinos arrancó a finales de los años setenta cuando este desarrollo energético empezó en la localidad gaditana más marcada por el viento, Tarifa. Los 123 parques han conseguido reducir la emisión de 3,6 millones de toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera, el equivalente a sacar de la circulación 755.800 coches. Los molinos han traído muchos beneficios pero también inconvenientes.
La normativa que impone la Agencia Estatal de Seguridad Aérea, dependiente del Ministerio de Fomento, obliga a señalizar los molinos con luces para evitar la colisión de los aviones. El problema es que las señales elegidas fueron unos flashes blancos intermitentes, que causan continuos problemas. Impactan sobre el ecosistema, el paisaje y producen perjuicios para la circulación, ya que favorecen las distracciones y los deslumbramientos de los conductores. Ocurrió en la A-381, la autovía entre Jerez-Los Barrios. Algunos accidentes tuvieron su origen en los parques eólicos instalados a la altura de Medina. "Los usuarios nos decían que estas luces les confundían. Es una carretera en la que se va a gran velocidad", explica el alcalde, Francisco Carrera. También los vecinos se quejaban de que las luces les molestaban.
Medina fue el primer municipio andaluz que consiguió que la Agencia Estatal de Seguridad Aérea atendiese su petición y le anunció su pretensión de promover la sustitución de las incómodas luces blancas por unas rojas no intermitentes. Ahora una iniciativa parlamentaria, presentada por el PSOE y aprobada esta semana por unanimidad en la Cámara autonómica, permitirá extender esta medida a toda Andalucía. "La contaminación lumínica es grave en algunos parques de la provincia de Cádiz pero nos dimos cuenta de que el problema se extendía por toda la comunidad", explica el diputado del PSOE, José Luis Blanco, encargado de defender esta proposición no de ley.
La Junta de Andalucía había tratado de combatir esta contaminación lumínica con un decreto aprobado en agosto. Es el reglamento para la protección de la calidad del cielo nocturno, que incluía medidas de ahorro y eficiencia energética. Pero esta normativa excluía explícitamente la señalización relacionada con la seguridad en la navegación aérea. El paso dado por Medina y el visto bueno de la agencia estatal han abierto el camino para introducir estos cambios pero hay un muro. No todas las empresas energéticas han aceptado la modificación sugerida. "La proposición no de ley trata de incentivar a las empresas y garantizar estas cautelas en las autorizaciones de nuevos parques".
Según explica el texto de este documento aprobado por unanimidad, la proliferación de aerogeneradores con estas luces produce notables problemas en las carreteras. Y también han generado quejas de vecinos residentes, propietarios rurales, agricultores y ganaderos. El siguiente paso es que el Consejo de Gobierno apruebe estas medidas. Lo primero será un estudio sobre la incidencia de estas luces, después un cambio en la normativa de autorizaciones de parques eólicos y finalmente trasladar el problema al Gobierno central. Así se conseguirá más rápidamente una solución idónea para conflicto y los molinos dejarán de hacer fotos con flash.
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