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EL RINCÓN

La música como imagen del mundo

La música como lenguaje, como escritura, como elemento portador de sentido sobre el mundo. Ésas son posibilidades que otorga a la composición el filósofo Eugenio Trías (Barcelona, 1942. eugeniotrias.com) en su último título, La imaginación sonora. Antes había revisado el sentido de la música en El canto de las sirenas (2008) y antes aún había planteado la correlación entre la estructura de la tragedia y la de las sonatas en Drama e identidad o bajo el signo de interrogación. Sin contar con las alusiones a la pasión que le provoca la música expuestas en El árbol de la vida, texto de carácter más que autobiográfico: vital. Trías ha vivido siempre en el límite. Y no es extraño que haya configurado su visión general del mundo de forma drástica como, precisamente, un "habitar en el límite". Y de ese límite da cuenta, claro está, la filosofía, pero no sólo desde el lenguaje, también desde otras formas no exclusivamente narrativas: la música o el cine. En el volumen que ahora publica Galaxia Gutenberg se recorre la trayectoria de la música desde el final de la Edad Media y el Renacimiento hasta los vanguardismos dodecafónicos. Dicho en autores, desde Josquin Des Prés y Palestrina hasta Schönberg, Ligeti y Scelsi. Y cerrado el periplo del sonido, Trías se apresta ya a una segunda revisión: el cine. "Tardaré un tiempo", explica, mientras desgrana los autores que, en un primer momento, le parecen imprescindibles en la revisión. El primero, Hitchcock. Uno de sus fetiches. Ya dedicó un texto que tiene varias ediciones a Vértigo, pero ahora se trata de una revisión y contextualización global. Y a su lado, John Ford, Kubrick, Welles, David Lynch, Tarkovski, Mankiewicz, Fritz Lang, y los italianos: Antonioni, Fellini, Rossellini. Sin olvidar a Buñuel y Renoir. En su casa hay una sala triple en la que trabaja: en el centro hay un sofá, una butaca, un proyector, una pantalla desplegable y un reproductor de alta fidelidad. Ese espacio se halla separado por puertas correderas de otros dos: una glorieta que da a un tranquilo patio de vecindad y un despacho donde escribe. Se aísla, sobre todo, cuando se trata de ver una película. De vez en cuando, "raramente", se permite una siestecilla en el sofá. Las paredes están forradas de anaqueles con discos compactos, películas en DVD y libros que cambian en función de los asuntos en los que trabaja. El resto se halla en su segunda casa, en la comarca del Empordà, al norte de Girona. La música, dice, es movimiento. También el cine. También la vida. La música, concluye, no posee significación, pero "rebosa de sentido".

La música no posee significación, pero "rebosa de sentido", afirma Eugenio Trías.
La música no posee significación, pero "rebosa de sentido", afirma Eugenio Trías.Marcel-lí Sáenz

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