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Educación promueve una actividad que será ilegal con la ley 'antialcohol'

El conselleiro Vázquez abre un aula de catas en un instituto, donde no se podrá beber

Pablo Linde

Tan restrictivo es el proyecto de ley de prevención del alcoholismo en menores que entra en contradicción con iniciativas que promueve la propia Xunta. El conselleiro de Educación, Jesús Vázquez, acudió el pasado martes 30 a inaugurar un aula de catas de cerveza y vino en un instituto de secundaria de Vigo. La ley que presentó hace un mes en el Parlamento su compañera de Gobierno Pilar Farjas, titular de Sanidade, contiene al menos tres apartados que prohíben una actividad como esta.

Para empezar, las catas incumplen la piedra angular de la nueva norma -aún por aprobar en el Pleno de la Cámara-, el primer apartado del artículo 12: "Queda expresamente prohibido el consumo de bebidas alcohólicas a menores de edad". Los alumnos que participan en las catas son chavales de un grado medio de Formación Profesional de hostelería. Concretamente los de segundo curso, según cuenta Lucho Tizado, profesor del Instituto Manuel Antonio, donde Vázquez inauguró el aula. Para acceder a este nivel hay que tener completada la ESO. Es decir, cuando prueban las bebidas pueden tener 16 años.

La norma prohibirá suministrar alcohol a menores y en centros docentes
El texto debe pasar su último trámite parlamentario antes de entrar en vigor

Tizado asegura que los niños no se tragan las cervezas y los vinos que catan para no emborracharse. Aun así, si esto no fuese considerado como "consumo" de bebida alcohólica, la actividad sigue incumpliendo preceptos de la ley de Farjas. El segundo punto del mismo artículo dice: "Queda expresamente prohibida la venta y suministro de bebidas alcohólicas a menores de edad". El tercero también deja pocas dudas: "Queda expresamente prohibida la venta, suministro o consumo de bebidas alcohólicas en los centros docentes para menores de edad".

Además de estos tres apartados de la ley de Sanidade, según la interpretación que se haga de la norma, hay otros que no casan muy bien con el trabajo con alcohol en un instituto, algo habitual en los módulos de hostelería. Concretamente, las que se refieren a la promoción de bebidas alcohólicas dirigidas a menores de edad y a la eliminación de publicidad de estos productos en centros escolares.

Aparentemente ajena a estas prohibiciones, la Consellería de Educación publicitaba así el aula de catas: "Las instalaciones del centro se adecuan a las necesidades de formación de la hostelería, turismo y sectores afines, dándole un impulso a la profesionalización que requiere el alumnado y que se traducirán en un futuro en la mejora de la calidad de los productos y servicios prestados cuando se incorporen al mundo laboral. Además, el aula de cata supone conectar la Formación Profesional con la empresa del sector vitivinícola y de la restauración, y así formar a los futuros profesionales de la sumillería, tan demandada en nuestros días". La creación del aula, junto a otra de repostería en el mismo instituto, costó 144.000 euros.

Curiosamente, según la ley, corresponderá a la propia Consellería de Educación la competencia sancionadora por "los incumplimientos en materia de publicidad, promoción o venta de bebidas alcohólicas en los centros docentes".

Las infracciones que recoge la ley por las actividades de los módulos de hostelería podrían llegar a catalogarse de "muy graves" si se producen de forma reiterada. Las sanciones, que dependen de la "gravedad de la infracción, la naturaleza de los perjuicios causados, el riesgo para la salud y la intencionalidad o reiteración", van de los 600 a los 600.000 euros.

El Parlamento todavía estaría a tiempo de rectificar la norma cuando se someta a votación del Pleno. Es algo que no se ha hecho en ninguna de las fases parlamentarias por las que ha pasado. La última, el 26 de noviembre pasado, fue la aprobación del texto en la Comisión de Sanidade, el paso previo a su aprobación en Pleno, donde las enmiendas no aportaron cambios en este sentido.

Previsiblemente, la ley será aprobada en el próximo Pleno del Parlamento, la semana que viene, y entrará en vigor días después, con su publicación en el Diario Oficial de Galicia. Si nada cambia, convertirá en ilegal una actividad que se viene realizando en los módulos de hostelería, para la que se acaba de inaugurar una instalación pionera en Galicia y que, según la Consellería de Educación supone "una mejora" en la formación.

Probar el vino para ser sumiller

Parece complicado aprender la sumillería, el oficio consistente en servir y recomendar los licores de un establecimiento, sin trabajar con licores. Por eso, los módulos de FP de hostelería, que forman a los alumnos para esta tarea, entre otras, incluyen el manejo e incluso la cata de bebidas alcohólicas. Con la ley de Sanidade en la mano, ni siquiera podrían utilizar envases que emulen a los de estos productos.

El aula de catas que inauguró la pasada semana el conselleiro de Educación en el IES Manuel Antonio de Vigo no es más que una mejora en las instalaciones para que los alumnos puedan realizar las catas en un lugar más adecuado. También estará abierto a otras actividades de catas, más allá de las puramente docentes.

Dos módulos de grado medio que oferta este centro, para alumnos a partir de 15 o 16 años, incluyen en el currículo el trabajo con bebidas: Cocina e gastronomía y Servizos en restauración. El primero, tiene como base la "elaboración y servicio de alimentos y bebidas". El objeto del segundo, según indica el centro, es realizar operaciones de servicio de alimentos y bebidas. Entre los puestos de trabajo a los que está enfocado, se incluyen camarero de bar o restaurante, barman y sumiller.

Para ello, hasta tener el aula, se hacían catas en las clases normales para distinguir los aromas de los vinos o saber maridarlos con platos, según cuenta el profesor Lucho Tizado. Entre las actividades que recoge la página web del instituto, hay catas de vinos de las Rías Baixas, de otras denominaciones de origen o de distintos tipos de cervezas. También se han realizado concursos de coctelería.

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Sobre la firma

Pablo Linde
Escribe en EL PAÍS desde 2007 y está especializado en temas sanitarios y de salud. Ha cubierto la pandemia del coronavirus, escrito dos libros y ganado algunos premios en su área. Antes se dedicó varios años al periodismo local en Andalucía.

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