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Análisis:COSA DE DOS
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

San Leslie

David Trueba

Cómo podíamos imaginar que la muerte de Leslie Nielsen la semana pasada iba a desencadenar su proceso de beatificación acelerado. Este santo súbito logró en el año 80, gracias a los creadores de Aterriza como puedas, pasar de ser un olvidable actor serio a la personificación del idiota máximo, de la más absoluta estulticia humana. Aquel piloto con miedo a volar que se hacía cargo de los mandos de una nave a la deriva, convirtió a este actor nacido en Canadá en uno de los mayores iconos contemporáneos. Su muerte, encadenada a la huelga salvaje de los controladores aéreos españoles, nos obliga a reconocerlo como el santo patrón de la catástrofe aeronáutica.

Los españoles, convocados al puente más largo del año, fueron empujados al caos y la frustración. Mal día para dejar de esnifar pegamento. La bajada de manos de los controladores tenía vocación de disparate humorístico. Cuánto mejor habría sido que hubieran decidido ir a trabajar con caretas de Pepe Blanco, o que se despelotaran en la torre de control, o que saludaran en suajili a los pilotos en petición de slot, no lo sé. Todo antes de hacer pagar a los viajantes, ya dolidos por las reformas laborales, frustrados por las reducciones de pensiones, por las privatizaciones a la carta. El puente es sagrado, porque el puente es el último corte de mangas a los días laborables. Convertirlo en una jornada infernal merece un castigo justo y riguroso.

En el teatro Colón de Buenos Aires, los sindicalistas ocuparon los decorados de la ópera Falstaff justo antes de que se subiera el telón. Y el público se agarró una pelotera considerable y pidió que se corriera la cortina y apreciar a los piqueteros como un espectáculo en sí mismo. Pero al alzarse el telón los tipos huyeron, lograda ya la parálisis del acto. Me temo que tras el telón todo es más grato, pero ante el público, no queda más que asumir las consecuencias de tus actos. ¿Para cuándo más humor, más imaginación, más reto inteligente en las reivindicaciones? Empujar a la ciudadanía a celebrar que los militares y la policía se hagan cargo del control es una enorme cagada democrática. Piénsenlo bien y la próxima vez, encomiéndense a San Leslie Nielsen.

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