Lágrimas por un enlace cancelado
Enrique Alza estaba tenso mientras protestaba en un puesto de facturación pidiendo un billete que sabía que nunca le darían. El sábado, en medio del caos, aún tenía esperanzas de poder volar a Punta Cana (República Dominicana) para celebrar su boda. Ayer supo finalmente que no llegaría a su destino y decidió cancelar el enlace. Lo contaba entre lágrimas.
Él y su novia, Sonia González, perdieron por culpa de la huelga de controladores el sueño que venían mimando desde hace un año: casarse en el Caribe rodeados de familiares y amigos. El viernes llegaron al aeropuerto de Barajas, 18 personas, para coger el avión. No hubo vuelo. Esperaron hasta ayer y comprobaron que no había escapatoria a la trampa aérea. Su compañía les dio esperanzas y luego se retractó, según contó Enrique: "Una empleada nos dijo que el domingo nos colaría en un vuelo, porque nuestro caso era especial. Hoy no ha aparecido".
Se enfurecieron, pero solo valió para que apareciese la policía para calmarlos. Por la tarde asumieron su desdicha, subieron a un coche y volvieron a casa derrotados por el caos.
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