Secuelas del vuelco en Cataluña
El PSOE andaluz cree que la caída del PSC refuerza su papel en el partido - La Junta teme que se impongan propuestas fiscales dañinas para la comunidad
La versión oficial del PSOE andaluz respecto a la caída del PSC y la pérdida del Gobierno en Cataluña es que ha sido el propio tripartito, con una gestión errática y confusa, quien se ha guisado la colosal derrota. Y, en consecuencia, debe ser el tripartito quien se la coma. Pero en política rara vez las cosas suelen ser tan simples y, sobre todo, rara vez ofrecen una sola lectura. En privado, los socialistas andaluces reconocen que el batacazo irradia desánimo, que la marca PSOE ha sufrido un zarpazo importante y que la victoria de CiU lleva aparejada propuestas fiscales que perjudican a Andalucía.
Sin embargo, también apuntan que para la organización andaluza se abre un escenario nuevo con más espacio del que tenía, tanto en el interior del PSOE nacional como en la comunidad autónoma. Gana perfil, influencia. Frente a una CiU maximalista, al Gobierno de la Junta le será más fácil decir que no, enarbolar la bandera del equilibrio territorial e incluso acudir al agravio si le viene bien, un recurso vedado en los últimos años al presidir José Montilla Cataluña.
"Andalucía recupera el liderazgo en la igualdad territorial", afirma un dirigente
Al Gobierno de Griñán le resultaba difícil justificar las demandas catalanas
"Andalucía recupera una posición dominante en el discurso de la defensa de la igualdad, es más nítido el papel de garante de la simetría territorial", señala un dirigente quien, no obstante, admite el retroceso que supone perder una comunidad autónoma tan valiosa como Cataluña. Es cierto que, desde el punto de vista electoral, la aportación andaluza es superior, con 640.000 votos más y 36 escaños, frente a 25; pero también lo es que el diferencial con el PP es mucho mayor en Cataluña. En 2008 alcanzó una proporción de 25 diputados a ocho, mientras que en Andalucía fue de 36 a 25. Para el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero esta lejanía ha sido fundamental.
El mismo dirigente añade que se desconoce qué parte del fracaso es atribuible al desgaste del PSOE en general y qué parte a la política despistada del tripartito que, como ha comentado el presidente de la Junta, José Antonio Griñán, ni siquiera ha estado de acuerdo en un asunto tan capital como la reforma de su Estatuto. "Sinceramente, pensamos que ha pesado bastante más lo segundo, la prueba del nueve es que ha caído, y con más fuerza, el otro socio mayoritario, ERC".
Aunque en el PSC ha estallado la crisis con virulencia y hay quienes proponen redoblar el catalanismo, cortar lazos con el PSOE de España y hasta desligarse -un gesto que señala al partido matriz como el responsable de la catástrofe-, el análisis que hacen los dirigentes andaluces es que ha sido el nacionalismo del que el PSC ha teñido la campaña lo que ha convertido la previsible pérdida de las elecciones en un descalabro absoluto. En el PSOE andaluz ha sorprendido -y en algunos casos, molestado- que en esta ocasión sus compañeros catalanes no les hayan reclamado para mítines y actos electorales, como era costumbre, habida cuenta de la cantidad de andaluces emigrados a Cataluña. "Seguramente el discurso de Griñán no era lo que más le apetecía oír", apostilla un responsable de la ejecutiva regional.
Un miembro del Ejecutivo andaluz opina que en lo que concierne a las decisiones de este órgano, el camino se allana: "Justificar las pretensiones de Cataluña resultaba muy difícil, la verdad es que, en este campo, la reaparición de CiU no nos perjudica". No obstante, para otro dirigente, la posición de fuerza que adquirirán las propuestas económicas del líder de CiU, Artur Mas (con las que, además, han ganado claramente las elecciones), son muy preocupantes para Andalucía. "Es verdad que la Junta se pone al frente de la manifestación de la igualdad y refuerza su posición en el panorama nacional, pero si hacemos hipótesis de posibles escenarios tras las generales, CiU puede acabar imponiendo sus tesis sobre el concierto económico o el pacto fiscal al ser determinante para conformar futuros gobiernos", explica.
La comodidad del PSOE andaluz en la batalla de la defensa de la igualdad es inversamente proporcional a las dificultades que se le abren al PP andaluz, que en los últimos años ha echado mano con insistencia de la arenga antinacionalista. Si el PP tiene que aliarse en España con CiU, buena parte de los argumentos de su filial andaluza se derrumban. Ya ocurrió con el primer Gobierno de José María Aznar. "Lo que pasa es que eso no será hasta las elecciones generales, por eso es preciso que el PSOE andaluz adelante el debate y saque a flote las contradicciones", afirma una fuente.
Casi todos los dirigentes socialistas andaluces consultados sostienen que el PSOE de Andalucía no ha dejado nunca de tener peso en la organización nacional y ser decisivo. Además, el cambio de Gobierno y su fuerte componente andaluza -amén de la presencia de Manuel Chaves y Rosa Aguilar, el vicepresidente, Alfredo Pérez Rubalcaba, es diputado por Cádiz- ha insuflado nuevos bríos. Eso no quita que en algunos momentos esta influencia se "haya desdibujado por el Gobierno de Cataluña". Ahora se vuelve a la situación anterior.
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