Otro escalón más para el PP de Arenas
Los populares concentran sus energías en dar un tirón en las municipales
Aunque en el PP andaluz se ha recibido con una sonrisa el retroceso socialista en Cataluña, el propio Javier Arenas ha reconocido que hacer una traslación directa a Andalucía de lo ocurrido allí, desde el punto de vista de las cifras, resulta algo aparatoso, porque en la comunidad no existe el mismo componente nacionalista. Ni siquiera hay en el Parlamento autonómico un partido netamente andalucista tras la desaparición del PA, y tampoco la diversidad ideológica y número de formaciones. Lo importante, según apuntan en el PP, es la tendencia y la traducción a las urnas del desplome del socialismo español que vienen señalando las encuestas desde hace tiempo.
Sin dejar de aprovechar la oportunidad para barrer para casa y hacer declaraciones rimbombantes con el propósito de seguir ahondando en el desgaste de José Antonio Griñán a cuenta del ejemplo catalán, donde el PP tiene concentradas en estos momentos todas sus energías es en culminar con éxito la prueba de las elecciones municipales del 22 de mayo. Los populares andaluces han planeado estos comicios como el preámbulo de su asalto al Palacio de San Telmo, y cumplen desde hace más de un año un programa minucioso, que pasa por presentar aspirantes de fuste en las plazas con una hegemonía socialista difícil de quebrar (las ciudades medias), precisamente la brecha que les ha impedido hasta ahora dar un vuelco electoral.
En eso están y en eso van a continuar por encima de cualquier otra coyuntura. De hecho, las menciones que distintos dirigentes -incluido el presidente del PP- han hecho respecto a la vinculación de Griñán con el derrotado José Montilla han sido muy de pasada. Un par de frases. Los populares son conscientes del hueco del que dispone el líder socialista para convertirse en el defensor de la equidad entre las comunidades autónomas (que ha aprovechado esta misma semana en sus intervenciones institucionales), y de que el discurso anticatalán ahora es más complicado. El objetivo es convertir las elecciones municipales en una especie de primarias.
