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La retirada del proyecto de Urdaibai reduce las tensiones en el Guggenheim

El Gobierno y la Diputación aprueban "sin debate" las cuentas de 2011

Con la ampliación del museo en Urdaibai fuera del orden del día, las reuniones de los órganos directivos del Guggenheim recuperaron ayer un clima de normalidad, después de las tensiones vividas en las dos últimas citas por el abierto enfrentamiento entre la Diputación de Vizcaya, impulsora del proyecto, y el Gobierno vasco, contrario a su ejecución. Las reuniones de las dos sociedades instrumentales (la Inmobiliaria, propietaria del edificio, y la Tenedora, fundada para la compra de la colección de arte) y del Comité Ejecutivo del museo fueron "rápidas, sin debate ni sorpresas" y en un "tono correcto", en palabras de uno de los asistentes.

El Comité Ejecutivo - en el que junto a las instituciones vascas se sientan los representantes de la Fundación Solomon R. Guggenheim y de BBK, BBVA, Iberdrola y ArcerlorMittal, los patronos más importantes- aprobó el presupuesto de la pinacoteca para 2011, con una reducción del 0,7% con respecto al año pasado. Los recortes presupuestarios han obligado al Ejecutivo a reducir su aportación el próximo año en un 4,3%, lo que fue aceptado por sus socios en el museo. Al igual que ocurre en otras entidades con participación de las distintas instituciones vascas, el Gobierno compensará en los siguientes ejercicios el descenso en la partida destinada al Guggenheim en 2011, en función de la disponibilidad presupuestaria del Departamento de Cultura.

La presentación de los fondos propios mostrará los últimos años del siglo XX
La Tenedora abordará en junio las diferencias en las aportaciones

Como es habitual en las reuniones de los órganos de dirección a finales de año, el Comité Ejecutivo aprobó el presupuesto del museo y la programación de exposiciones para el año siguiente. Las decisiones fueron sometidas después al visto bueno del Patronato. El acuerdo entre los representantes del Gobierno -la consejera de Cultura, Blanca Urgell, y su viceconsejero, Antonio Rivera- y de la Diputación -su máximo responsable, José Luis Bilbao, y la diputada de Cultura, Josune Ariztondo- sobre las cuentas y la programación en el seno del Comité Ejecutivo evitó que las desavenencias políticas repercutieran en el Patronato.

En la reunión anterior, celebrada el pasado mes de junio, el ambiente fue radicalmente distinto. El lehendakari, Patxi López, en su calidad de presidente del Patronato tuvo que afrontar las diferencias entre las instituciones anunciando la convocatoria de una reunión extraordinaria para "aprobar por asentimiento" un cambio en el Plan Estratégico 2009-2012 que eliminara las referencias a la ampliación en Urdaibai y pusiera punto final al proyecto. En menos de una semana el lehendakari cambió de opinión y la resolución volvió al Comité Ejecutivo. Su presidente, José Luis Bilbao, alteró de golpe el escenario al eliminar del orden del día de la reunión de ayer las referencias a la ampliación de Urdaibai, en las que el acuerdo con el Gobierno es imposible. La Diputación decidió aparca el proyecto "para no someter a la sociedad a más estrés", pero con la voluntad de retomarlo.

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La reducción de los ingresos está obligando al Guggenheim a apretarse el cinturón. En 2011 el museo contará con 24.898.500 euros para sus gastos de funcionamiento, según las cuentas aprobadas ayer en el Comité Ejecutivo y refrendadas minutos más tarde por el Patronato, al que asistieron una veintena de representantes de las empresas que aportan fondos. El presupuesto sigue la tendencia a la baja de este año. Desde 2009 el dinero disponible en el Guggenheim ha descendido un 9%, lo que supone una disminución cercana a los 2,5 millones de euros.

La diferencia en las cantidades aportadas por el Gobierno y la Diputación a la Tenedora para la compra de obras de arte no fue abordada en la reunión de ayer. El Departamento de Cultura de Vizcaya ha reservado 2,9 millones de euros para ese fin en su presupuesto de 2011, mientras que el Gobierno se ha quedado en 1,4 millones. El asunto estaba fuera del orden del día y será abordado en la próxima reunión de la Tenedora, el próximo junio, con los presupuestos de ambas instituciones aprobados.

Una exposición menos por la crisis

El descenso del presupuesto del Museo Guggenhein por segundo año consecutivo se traducirá en un recorte en las exposiciones temporales previstas. Serán tres muestras, una menos que en 2010, que la pinacoteca compensará con una mayor presencia de los fondos de las colecciones propias.

La programación de 2011 comenzará en febrero con Caos y clasicismo: arte en Francia, Italia, Alemania y España. 1918-1936, un recorrido por la vuelta al orden que dominó el panorama artístico de la Europa de entreguerras. En abril, el Guggenheim mostrará El intervalo luminoso, la primera gran presentación pública de la colección del hombre de negocios de origen griego Dimitris Daskalopoulos. La exposición contará con unas 60 obras de 30 artistas, creadas en las últimas tres décadas. Entre otros, figuran representados en la colección Daskalopoulos Mathew Barney y Louise Bourgeois.

La última exposición temporal del próximo año pondrá en relación la obra de dos de los grandes escultores del siglo XX: Constantin Brancusi y Richard Serra. El proyecto presentará de una forma yuxtapuesta las obras realizadas en distintos materiales por cada uno de los artistas.

En 2011 serán dos las presentaciones de obras de las colecciones Guggenheim. A partir de junio se podrá ver una selección de pintura americana y europea de los años cincuenta y sesenta del siglo XX. Los principales movimientos artísticos a ambos lados del Atlántico, como el expresionismo abstracto, el pop art, el grupo CoBrA o los representantes del informalismo estarán representados en la muestra, a través de obras de Jackson Pollock, Willem de Kooning, Robert Rauschenberg, Alberto Burri, Antoni Tàpies o Yves Klein, entre otros.

El próximo año se mostrará la segunda exposición compuesta por obra de la colección del Guggenheim Bilbao. El recorrido por los fondos propios seleccionará piezas realizadas entre 1980 y 2000 por autores que regresaron al ámbito más personal de la expresión alejándose del pop y el minimalismo. Esta muestra contará con piezas de Jean Michel Basquiat, Anselm Kiefer, Julian Schnabel, Juan Muñoz, Cristina Iglesias, Miquel Navarro, Juan Luis Moraza y Francesc Torres.

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