Una promesa electoral

Convergència i Unió ha fiado toda su campaña y buena parte de lo que llevamos de año en pedir para Cataluña el sistema de concierto económico o, eufemísticamente, un nuevo "pacto fiscal". Ya antes de iniciar la campaña, dirigentes como Felip Puig insistieron en que Cataluña debía equipararse al País Vasco y Navarra. Y que esto podía hacerse sin necesidad de cambiar la Constitución. "Si Navarra y el País Vasco lo tienen, Cataluña también lo puede tener y cualquier otra comunidad que se lo planteara podría tener un régimen de financiación al margen de la LOFCA", dijo Felip Puig el pasado 6 de septiembre. Mas introdujo la misma idea en plena campaña en un mitin en Sabadell. "No pedimos nada extraordinario: Lo tienen en Euskadi y Navarra", dijo.

Mas, muy pedagógico, también ha logrado hacer calar el discurso de que Cataluña paga demasiados impuestos y recibe poco a cambio. "Tenemos el 9% de déficit fiscal anual que se va y no vuelve. ¡Son 2.500 euros al año por cada catalán y entre 7.500 y 10.000 por familia!", avisó en plena campaña.

Acabó de perfilar esta idea en la recta final de la campaña: "No queremos que la fiesta que se ha hecho desde hace tanto tiempo en el resto del Estado se pague con dinero de los catalanes", afirmó en otro mitin, en el que también aseguró que Cataluña debe decir "no" a pagar más impuestos si éstos sirven para "excesos y subvenciones" en otras comunidades.