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Se estrena la Barcelona poco 'Biutiful'

Javier Bardem y González Iñárritu asistieron ayer a la 'première' del filme

Una Barcelona de inmigrantes, de naves industriales, de talleres clandestinos. Barcelona de barrios con gigantescos boquetes hechos por las obras del metro. La Barcelona de Biutiful, que ayer tuvo su première en el cine Comedia y el viernes se estrena en toda España, es la ciudad que crece debajo de las alfombras, allí donde se esconden los polvos que molestan en la Barcelona del puerto olímpico.

El director mexicano Alejandro González Iñárritu tampoco saca la mejor cara de la urbe cuando visita con su cámara las zonas más turísticas: Las Rambla es un hervidero de mimos y africanos vendiendo en el top manta, de policías cargando hacia la plaza de Catalunya a la búsqueda de material pirateado; las playas sirven de desembarco de cadáveres; la ciudad es azul y gris, de afueras, de extrarradio, de drogas, del Raval más deprimente y depresivo. Es una Barcelona cierta, tan cierta como las de los museos, la moda y el paseo de Gràcia, la de Vicky Cristina Barcelona.

Si la de Woody Allen fue la cara edulcorada de la ciudad, la de Iñárritu es la cruz amarga, por mucho que el director haya señalado que este no es un filme "sobre Barcelona", sino que pasa en la ciudad como podría hacerlo en cualquier otra urbe moderna. "Es cierto que no muestra la cara más amable de Barcelona, pero se agradece este golpe en el estómago contra el deseo que a veces tienen las ciudades de vanagloriarse de sí mismas", señaló ayer Jordi Martí, delegado de Cultura del Ayuntamiento de Barcelona.

Con este filme con el que Javier Bardem, su protagonista absoluto, ganó el premio al mejor actor en el pasado festival de Cannes, el director de películas míticas como Amores perros y Babel se aleja de los protagonistas corales para centrarse en una sola historia, la de Uxbal, un hombre derrotado que intenta reflotarse frente a la muerte para convencerse a sí mismo y a los otros de que no todo lo ha hecho tan mal. Protector y explotador de inmigrantes ilegales, los "esclavos modernos", como señala Iñárritu, el protagonista mira de recuperar la relación con sus hijos mientras transita entre talleres clandestinos chinos y carreras de manteros huyendo de la policía. Esa también es Barcelona.

De izquierda a derecha, González Iñárritu, Maricel Álvarez, Cheick Ndiaye, Javier Bardem y Eduard Fernández,  en el estreno<i>. /</i>
De izquierda a derecha, González Iñárritu, Maricel Álvarez, Cheick Ndiaye, Javier Bardem y Eduard Fernández, en el estreno. /MARCEL·LÍ SÀENZ

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