El Gobierno y la Junta acuerdan enterrar las balsas de fosfoyesos
El auto de la Audiencia Nacional obliga a comenzar los trabajos el 1 de enero
El Ministerio de Medio Ambiente y la Junta de Andalucía confirmaron ayer en Huelva su propuesta para la regeneración de las balsas de fosfoyesos consistente en el enterramiento de los vertidos. La recuperación definitiva de las 1.200 hectáreas de residuos situados a 500 metros de la ciudad debe comenzar el 1 de enero en cumplimiento del auto de la Audiencia Nacional, que obliga a la empresa Fertiberia al cese de vertidos y a la recuperación inmediata de la zona (previo aval de 21,9 millones de euros).
Las Administraciones encargaron a la empresa pública Tragsatec, subvencionada con un millón de euros, un detallado estudio científico de la zona y un plan viable de ejecución. El proyecto piloto se ejecutó el verano pasado en un área de 1.800 metros cuadrados de las balsas, que se encuentran en el margen derecho del río Tinto, dentro del espacio natural protegido Marismas del Odiel. Las conclusiones del plan piloto se expusieron ayer en presencia del director general de Sostenibilidad de la Costa y el Mar, Pedro Antonio Ríos, y el consejero de Medio Ambiente, José Juan Díaz Trillo. La Junta explicó que el objetivo es reconducir el deterioro ambiental y paisajístico de la zona y servir de base científica para la ejecución de los trabajos técnicos posteriores.
TMC Foret anuncia el cierre de su planta por la prohibición de los vertidos
La principal fuente de contaminación, según Transateg, proviene de las aguas embalsadas, que se eliminaran a finales de diciembre; la baja permeabilidad del terreno evita que las aguas contaminadas fluyan hacia abajo, y el riesgo radiactivo "no se ha observado" ni en público ni en trabajadores. El plan expuesto ayer con detalle por la profesora de la Universidad de Murcia, María José Martínez, consistiría en cubrir los fosfoyesos con suelos artificiales (tecnosoles) para revegetarlos posteriormente. Martínez explicó los pasos que seguirá el proceso: extraer el agua de las balsas a través de canales perimetrales, establecer barreras en las zonas limítrofes (que sí pueden verse afectadas por filtraciones) y, por último, colocar los suelos artificiales -cubrimiento de fosfoyesos- y sembrar vegetación.
Ni las Administraciones ni la empresa revelaron un cálculo de costes ni una estimación mínima de su duración. "No podemos frustrar a los ciudadanos con calendarios", declaró el consejero de Medio Ambiente. Las conclusiones de Tragsatec se comunicarán de inmediato a la asociación ecologista WWF y a la Comisión Europea, ambos denunciantes de las posibles irregularidades de Fertiberia.
Las propuestas ecologistas de un posible traslado de los residuos fueron tachadas de "barbaridad". Según las Administraciones, se tardaría 20 años, un número ingente de camiones y 500 millones de euros.
El cese de vertidos ya ha generado consecuencias en otras industrias del Polo Químico. La empresa de productos químicos FMC Foret anunció ayer su cierre inmediato ya que el cierre de las balsas de Fertiberia le priva de terreno en el que arrojar sus propios vertidos. La dirección de Foret reconoció ayer la inviabilidad de la empresa ya que comprar ácido fosfórico -como hará Fertiberia para mantener la actividad industrial- le resulta demasiado costoso.
El sindicato UGT convocó para hoy una asamblea de trabajadores ya que casi 400 empleados, entre directos e indirectos, "se quedarían en la calle". Otra compañía, Atlantic Copper también se verá perjudicada por el auto de la Audiencia ya que Fertiberia le compraba el 50% del ácido sulfúrico que generaba la producción de cobre. Atlantic Copper venderá el ácido sulfúrico en el mercado internacional.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.