Coletazos de una batalla perdida

La cúpula de Caja de Ahorros de Mediterráneo (CAM) agota sus últimas horas de plena autonomía en un clima de resignación ante un destino inexorable y marcado con pulso firme por el Banco de España: El SIP (sistema Institucional de Protección) o fusión fría con Cajastur, Caja Cantabria y Caja Extremadura. El consejo de administración de la entidad alicantina aprobará hoy la delegación de competencias al nuevo banco, que será operativo a partir de enero de 2011.

Es el último paso del tortuoso camino de la CAM hacia la nueva estructura de cajas, avalada por el pacto entre PSOE y PP. El acuerdo incluye que la caja delegará en el SIP el negocio crediticio (préstamos y estrategia comercial), o sea el argumento básico de toda entidad bancaria. Este extremo acarreó otro conato de rebelión en el seno del consejo el pasado viernes, liderado por los vicepresidentes. Ese día estaba previsto ratificar el acuerdo que el consejo adoptará hoy, pero que se aplazó en un último intento de frenar el impacto del SIP en las competencias.

En cualquier caso, la cúpula de la CAM repitió el viernes la misma jugada que con motivo de la ratificación del acuerdo del SIP el pasado mes de julio, rubricado por el consejo una semana después de una primera reunión fallida. Entonces se alegó las excesivas competencias del nuevo consejero del SIP y ahora que el consejo pensaba que el protocolo de competencias que asumirá el nuevo banco respetaría la autonomía, en el terreno del negocio netamente financiero, en los territorios propios de cada una de las entidades fusionadas, que en el caso de la CAM son Alicante, Murcia y las Baleares. Pero esto ha cambiado en los últimos meses y, especialmente, ante la amenaza de un repunte de la crisis financiera. El Banco de España apuesta porque los nuevos bancos que surjan de las diversas fusiones operen con plenos poder, extremo incompatible con una política de delegaciones compartidas. Consejeros de la CAM consultados por este periódico mantienen que al igual que en julio, hoy la caja no tendrá más remedio que aprobar ese traspaso de competencias, tal y como está diseñado por el Banco de España, "de lo contrario la represalia sería inmediata", señala uno de esos consejeros. "El Banco de España está la a espera de un acto de indisciplina de cualquiera de las cajas implicadas en los procesos de fusión para intervenir, y así dar un golpe de efecto ante la Unión Europea", añade.

Al margen, del negocio crediticio y la estrategia comercial, el nuevo banco también asumirá las competencias de cotización en bolsa, política de precios y emisión de deuda.

Una vez que la CAM autorice hoy el traspaso de competencias, sólo restará el nombramiento de los tres consejeros que acompañaran a su presidente, Modesto Crespo, en el consejo del nuevo banco. Uno de ellos, será con toda probabilidad, la nueva directora general, María Dolores Amorós. En cuanto a los otros dos representantes, el consejo se debate entre optar por dos personas de carácter técnico o, en cambio, de un perfil social relevante. Sobre la relación de los consejeros de la CAM en el SIP, uno de los vicepresidentes también tiene la intención de someter al análisis del consejo de administración un protocolo. El documento pude ser otro arrebato del consejo ante el vértigo de tener que afrontar en enero de 20011 un consejo de administración de una entidad sin competencias básicas.