Salud prohíbe la venta de los lotes fraudulentos de aceite de oliva

La Consejería de Salud ha ordenado la inmovilización de los lotes de aceite de oliva en los que se ha detectado un fraude. La decisión se ha adoptado después de conocer los resultados de los controles realizados por el servicio de Inspección de la Dirección General de Consumo: en 24 de las 50 muestras analizadas, la calidad del aceite era inferior a la que le correspondía según la etiqueta del producto.

Los controles se han centrado en aceite de oliva etiquetado como virgen o virgen extra y que, en la mayoría de los casos, se vendía a un precio "extraordinariamente bajo", según explicó ayer la Junta en un comunicado. Las asociaciones agrarias llevaban tiempo denunciando que los precios que ofrecían algunas marcas estaban por debajo del coste de producción del aceite de oliva virgen, por lo que el pasado verano Salud puso en marcha una campaña de inspección en establecimientos de Córdoba y Jaén, las dos provincias que más producen.

La segunda fase de la inspección se centrará en el origen y el envasado

El control se ha hecho sobre 50 lotes de aceite de marcas distintas y con origen "en diferentes puntos del país", según la Junta. A la vista de los resultados, la Dirección General de Consumo ha abierto un expediente administrativo y ha comunicado a los establecimientos la inmovilización de los lotes fraudulentos y la prohibición de ponerlos a la venta.

Los inspectores se llevaron tres botellas de cada lote. Para el primer análisis, realizado en los laboratorios agroalimentarios de la Junta, se ha utilizado una de las botellas. Si las empresas no están de acuerdo con el resultado, pueden solicitar una prueba de contraste, que se haría sobre otras botellas del mismo lote en el laboratorio privado que quiera cada marca, que correría con los gastos. En caso de que los resultados no coincidan con los de la Junta, se haría un tercer análisis con carácter urgente en un laboratorio del Gobierno central. El resultado de esta prueba sería definitiva para determinar la categoría del aceite analizado. La Consejería de Salud no hará públicas las marcas analizadas hasta que no concluyan todas las pruebas.

La nueva reglamentación comunitaria sobre el etiquetado del aceite de oliva, vigente desde julio de 2009, obliga la inclusión de la información relativa al origen geográfico del aceite virgen y virgen extra para que los consumidores conozcan la verdadera procedencia del aceite que compran. Así se intenta evitar que algunos países importen aceite de oliva de España para envasarlo y comercializarlo como aceite de producción nacional, una treta que se demostró que habían puesto en práctica empresas de Italia.

La campaña de inspección de la Junta, que se inició en mayo con el control del etiquetado, todavía no ha concluido. Ahora se va a iniciar una segunda fase, a cargo de la Consejería de Agricultura y Pesca, para comprobar el origen y la trazabilidad del producto (el itinerario que sigue el aceite desde que se produce hasta que llega al mercado). Es decir, los inspectores visitarán las almazaras y las plantas de envasado, lo que permitirá conocer en qué punto se pudo cometer el fraude, que, supuestamente, consiste en mezclar el aceite de oliva virgen y virgen extra con aceite refinado, de mucha menos calidad y más barato.

Esta inspección permitirá también saber si el fraude se repite en todas las botellas de aceite de oliva virgen que producen las marcas implicadas o solo en algunos lotes. De momento, nada más que se han inmovilizado los 24 lotes correspondientes a las 24 muestras en las que se ha detectado el fraude. Aunque las muestras se tomaron en establecimientos de Córdoba y Jaén, algunos de estos lotes llegaron también a tiendas de otras provincias, según fuentes de Salud. La consejería intentó ayer tranquilizar a los posibles compradores e insistió en que el fraude que se ha detectado no supone "ningún riesgo" para la salud y que la decisión de prohibir su venta se ha adoptado para proteger "los derechos del consumidor".