El ciberlunes es el nuevo San Valentín
Una de las mayores aportaciones del capitalismo norteamericano a la sociedad mundial ha sido su capacidad para alterar tradiciones y convertirlas en productos de consumo. El día 14 de febrero, tu pareja pone mala cara si no la despiertas con una tarjeta y no la acuestas tras una cena romántica. Sabes que la tradición del día de los enamorados, a pesar de tener cierta raigambre en la Inglaterra del siglo XVIII, fue manipulada por la empresa norteamericana de tarjetas de felicitación American Greetings, quienes se sacaron de la manga un san Valentín que escribía arrobado la noche antes de ser ajusticiado. Lo mismo pasa con Santa Claus o Halloween, tradiciones cuyos orígenes son culturalmente lejanos, pero comercialmente cada vez más cercanos. Y algo parecido podría suceder pronto con el ciberlunes, el día de las compras online.
Acuñado por primera vez en 2005, cuando un estudio de Bizrate concluyó que tres cuartas partes de los sitios de venta online veían aumentar de manera significativa su flujo de pedidos en esa jornada, el ciberlunes se sucede tres días después del black friday (o viernes negro), jornada que sigue al Día de Acción de Gracias y fiesta patronal de la tarjeta de crédito por inaugurar oficialmente las compras navideñas. Es decir, hoy, 26 de noviembre.
Al parecer, quienes monitorizan sus adquisiciones en los grandes almacenes durante este fin de semana del viernes negro, pero son disuadidos por las grandes colas, aprovechan la conexión de alta velocidad de sus oficinas para hacerse con esos productos online el lunes. Cuatro años después de su primera manifestación, el ciberlunes ya es un término popular en Alemania, Reino Unido, Francia o Portugal. Solo en el Reino Unido, Amazon afirma haber servido el año pasado un pedido cada 1,6 segundos durante toda esa jornada.
Con la adquisición del portal de venta online español BuyVip por parte de Amazon y la eliminación de los gastos de envío a España para todos los productos adquiridos en la tienda británica de la firma, el gran monstruo de las compras por Internet parece preparar el desembarco en nuestro país, sentando las bases para la institucionalización del ciberlunes. En España, esta nueva tradición posee un enorme potencial. Solo falta hacerle ver al comprador que, en vez de gastar tiempo libre en compras y colas, puede gastar tiempo de trabajo comprando desde el ordenador de su oficina.
Aunque en España las ventas online subieron un 11% entre 2004 y 2009, todavía nos encontramos entre los 10 países europeos con más propensión a la compra tradicional. Pero la insistencia global por forzar una definitiva eclosión de las ventas online pasa por lograr que comprar moda en la Red se convierta en un hábito más de consumo en Red. El 2 de septiembre, Zara lanzaba su tienda online, esperando facturar este año 370 millones de euros. Net-a-Porter, acaso el portal multimarca más exitoso de la venta de moda por Internet, despachó el pasado ejercicio trapos por valor de 1.400 millones de euros. Asos, multimarca de origen británico, propulsada por un aumento de un 50% en su facturación durante la primera mitad del año, inauguraba tres semanas atrás tiendas virtuales en francés y alemán. La española podría llegar en 2011. No ajeno al revuelo, Google ha creado Boutique.com, una suerte de tutorial de compra de ropa online que juega con la baza de las celebridades como asesores de estilo.
Y mientras los grandes se pelean por un pastel que aún tiene algo de virtual, los pequeños se suben al carro. A principios de 2011, M69, una tienda multimarca con sede en Barcelona, seguirá los pasos de la madrileña Ekseption o la barcelonesa Jean Pierre Bua y venderá todas sus prendas online.
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