Salvador Guerrero, maestro de la copla

Quintero, León y Quiroga son una trinidad mágica de la cultura popular española y de la memoria sentimental de un país. Compositores, poetas y músicos, están detrás de muchas canciones del género de la copla. Esas canciones alimentaron los sueños de muchos españoles e hicieron más leves las fatigas de un país pobre a lo largo de décadas.

Salvador Guerrero, uno de los representantes más reconocidos del mundo de la copla, murió el pasado domingo a los 87 años en Cádiz. "Yo soy el único que queda de los antiguos famosos de la copla. Éramos Quintero, León y Quiroga, Ochaíta, Valerio y Solano, y Guerrero. Y ya no quedo más que yo", dijo al Diario de Cádiz el compositor en 2005. Conocido popularmente como el Maestro Guerrero, el gaditano obtuvo un enorme éxito como autor de canciones. Tenía registradas más de 7.000. Escribió canciones para Lola Flores, Manolo Escobar, Amparo Bautista, Paquita Rico, Antoñita Moreno y Pepe Marchena, entre otros.

Artistas como Lola Flores y Manolo Escobar cantaron temas suyos

Antes de descubrir su vocación, se formaba para ser fraile y fue profesor

La copla fue una fuente para reconocer los problemas de cada uno e identificarse con las pasiones, las frustraciones y las soledades de los protagonistas de las canciones. Historias desgarradas y paseos por los pequeños placeres cotidianos entretejen una red de llamadas y melodías que nunca desaparece. Porque, pese a la enorme presión de la música anglosajona y al envejecimiento y desaparición de muchos artistas de la copla, esa cultura popular que late en las canciones, tan esencial y tan desprovista de mistificaciones, sigue latiendo con fuerza.

Las coplas tienen un fuerte arraigo en Andalucía. Muchos de sus músicos e intérpretes salieron de esa tierra. El énfasis y la hipérbole que las caracterizan y el reencuentro con su universo de jóvenes que, a la vez que se distancian con ironía, beben en sus pasiones fundamentales, hacen de ellas una forma que se reinventa constantemente. Marifé de Triana dijo en una ocasión que "la copla no solo es folletín e historias mal contadas. Es mucho más que eso: literatura pura en cuatro minutos de canción".

Guerrero hizo su entrada en la canción española junto al maestro Algarra, al que conoció en Barcelona. Y eso cambió su destino, porque se formó durante cuatro años para fraile. A los 18 años se apagó su vocación religiosa y pasó a dar clase en un correccional en Barcelona, donde conoció a Algarra. Ambos viajaron a Madrid. Allí escribieron Romances y coplas, su primer espectáculo. Paquita Rico y Antonio Casal encabezaron esta obra, que se estrenó en 1950. Ese mismo año, Guerrero llevó a los carteles un nuevo espectáculo, Claveles. Para el cantante Pepe Baldó escribió en los años cincuenta la fantasía lírica La mujer y la copla. Otra de sus obras es Luz al personaje, espectáculo de Carmen Morell y Pepe Blanco.

Entre sus composiciones más populares destacan El cordón de mi corpiño, que habla de los tiras y aflojas de una enamorada con la persona a la que quiere; Carretera de Asturias, Al pie de la cruz de mayo, La reina Juana y Romances y coplas. Para Manolo Escobar escribió Cuando manda el corazón.

En sus últimos años como compositor participó, junto con el maestro Quiroga, en la creación de canciones como Mi malagueña, Andalucía yo soy y Lo que un maño promete para el cantaor Juan Reyes.

La alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez, decretó dos días de luto (el lunes y ayer, martes) por el fallecimiento de este Hijo Predilecto de la Ciudad. Martínez dijo de Guerrero que era un "hombre cariñoso y amante" de su ciudad natal. "Cádiz pierde a uno de sus hijos más notables, un trabajador nato que supo reflejar en su prolífica obra todo un universo del que los españoles durante años hemos disfrutado en las más importantes voces de la copla", concluyó Teófila Martínez.