Valencia rebaja la velocidad a 30 por hora en el centro
Las bicicletas tendrán preferencia a los coches en la zona a partir de mañana
Los coches irán más despacio, las motos también, se liberará menos CO2 y las bicicletas tomarán la calzada. Ese es el plan del Ayuntamiento de Valencia para todo el centro histórico, que los vehículos no pasen de 30 kilómetros por hora y que las bicis tengan preferencia. Hasta ahora, la restricción de velocidad solo afectaba al barrio de El Carme. A partir de mañana lo hará a todo el distrito de Ciutat Vella. Se trata de una iniciativa que ya funciona en un buen puñado de barrios en Barcelona y que el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, ha prometido implantar en más de una ocasión. En una entrevista publicada ayer en este diario, anunció que incluso restringirá "el uso del coche en el centro histórico" en su próximo mandato.
En Valencia, de momento, lo que se ha hecho es ampliar el ámbito de influencia de la llamada zona 30. Antes solo funcionaba en el espacio delimitado por el eje de las calles de Quart y de Serranos y otros accesos menos transitados de Blanquerías y Guillem de Castro. Ahora, el Consistorio anuncia la restricción en 32 puntos de entrada a todo el casco antiguo. Los principales, al margen de Serranos y Quart, serán las calles de San Vicente, La Paz, Gobernador Viejo, Corona o Maldonado. La limitación se aplicará en el ámbito que engloba la ronda interior a excepción de varias manzanas que separan la plaza de Tetuán y las calles Colón y Xàtiva de las orillas del casco antiguo. Todas las entradas y salidas de la zona 30 contarán con señalización vertical y horizontal, "similar a la que se puede ver en carretera", informó ayer la concejalía de Tráfico.
"Se va a extender la zona 30 por todo el centro histórico para que los conductores tomen conciencia y adecuen la velocidad de sus vehículos a las condiciones urbanísticas de este entorno", explicó el concejal de Circulación y Transportes, Alfonso Novo. El edil razonó además que si se pone en marcha la zona 30 es también en parte por el "incremento continuo de la circulación peatonal y ciclista".La limitación de velocidad a 30 kilómetros por hora compartirá cartel en el centro con otra medida que va a poner en marcha el Ayuntamiento. Su intención es empezar a aplicarla en una o dos semanas y el objetivo consiste en atajar la contaminación acústica del barrio. Se trata de restringir la entrada nocturna de vehículos en Ciutat Vella, asunto que el Consistorio aprobó cautelarmente el pasado verano como parte del proceso de declarar el centro histórico zona ZAS, zona acústicamente saturada. En las cercanías de la calle de Juan Llorens, en las proximidades de la zona Woody y en los alrededores de la plaza del Xúquer ya funciona esta norma. Ahora es el turno del centro y el Consistorio estudia las alegaciones.
El Gobierno local llevaba meses discutiendo el contenido de la nueva ZAS con vecinos y hosteleros hasta el pasado julio. Trató de integrar intereses en torno a una batería de medidas que dejó un tanto insatisfechos a todos, por exceso o por defecto. El proceso siguió con las alegaciones de los interesados y ahora los técnicos municipales las estudian. Luego elevarán el resultado a la Generalitat. Así, el visto bueno definitivo no llegará hasta principios del año que viene. Mientras tanto, el Consistorio ya aplica una serie de medidas cautelares en el barrio que en el caso de los cortes de tráfico aún no se ha dado. El concejal del ramo, Alfonso Novo, aventuró hace unas semanas que "entre el 12 y el 18" de noviembre la policía ya los practicaría. Ayer, la Concejalía de Tráfico aseguró que se iniciarán "si no esta semana, la que viene".
Cuando se apliquen conjuntamente ambas medidas, la limitación de velocidad y la restricción nocturna al tráfico, los trabajadores, visitantes y vecinos del centro histórico verán unas calles distintas de las de ahora. Por la noche, según la normativa provisional, los vehículos, menos los de los residentes, no podrán acceder a Ciutat Vella y los que lo hagan deberán circular a 30 por hora como máximo.
Novo dijo ayer también que el objetivo de la zona 30, al margen de respetar el entorno patrimonial, será promocionar el uso de la bicicleta por el "incremento continuo que se está registrando en estas calles".
En este sentido, el concejal de Circulación ha tenido que lidiar este fin de semana con un error del sistema informático del servicio municipal de alquiler de bicicletas, Valenbisi. Centenares de personas sufrieron el fallo del software de la empresa adjudicataria del servicio, JCDecaux, y hubo clientes que incluso vieron cómo el ordenador les mostraba cargos en sus cuentas bancarias de hasta 9.000 euros.
Novo explicó el domingo que el problema ya estaba resuelto. Ayer por la mañana, sin embargo, Valenbisi aún fallaba en cuentas como la de Nicolás Moll. El sistema estimaba, como les había pasado a otros el viernes, que la bicicleta que había cogido la víspera del fin de semana continuaba en su poder.
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