La Xunta y la consultora disienten en la adjudicación

El proyecto del nuevo hospital público de Vigo tendría que haberse adjudicado ya en septiembre, según el cronograma presentado en mayo por la conselleira de Sanidade, Pilar Farjas. Al contrato, licitado en 1.168 millones de euros, optan dos UTES lideradas respectivamente por Acciona (con Puentes y Calzadas, Altair, Concessia y Ocasa) y Copasa (con Constructora San José, Iridium y OHL). La selección fue encargada por la Xunta a PriceWaterhouseCoopers (PWC), consultora de cabecera del Servizo Galego de Saúde (Sergas) con cuya opción en este caso, no obstante, disiente.

PWC ya señalaba en diciembre de 2008 a propósito de las fórmulas PPP (partenariado público-privado): "Los mercados de crédito prácticamente han desaparecido [...]. Los créditos bancarios son simplemente insuficientes e ineficientes como fuente de financiación a largo plazo [...]. Es ingenuo esperar que los mercados vuelvan a las bajas tasas que se obtenían en la primera mitad de 2007. Es improbable que se vuelvan a dar tales condiciones".

Las empresas concursantes para el hospital de Vigo han de obtener, primero, la financiación de la obra para luego cobrársela a la Xunta mediante la gestión de determinados servicios no sanitarios, por cuya prestación la Xunta pagará al adjudicatario un canon de 71 millones de euros al año, durante 20 años (que finalmente serán 30, según vaticina la plataforma de defensa del sistema público).

Necesidad de ajustes

PWC ha optado por la oferta que lidera Acciona y el interés preferente de la Xunta apunta a la UTE de Copasa, que incluso solicitó la retirada del concurso de su oponente por presentarse con un plan funcional diferente del que figura en los pliegos de contratación. La necesidad de operar ajustes por ese lado explicarían una causa de demora en la adjudicación. Pero también otros ajustes.

El pliego de condiciones no incluyó la reducción este año del 5% del sueldo de los empleados públicos (singularmente los del Sergas que ahora trabajan en servicios que se externalizan durante la vigencia del contrato) y las previsibles congelaciones salariales de próximos ejercicios devalúan las hipótesis económicas del Sergas en el estudio de viabilidad económico-financiera de la concesión. Y está por concretar el papel que jugará el Hospital Povisa en los próximos años, determinante en cualquier caso de la funcionalidad que se atribuya al nuevo hospital.