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Trinitat Vella exige una comisaría para sacar la droga del barrio

La asamblea de vecinos de Trinitat Vella quiere llevar a sus hijos a jugar a la plaza de Sant Jaume: "Aquí no pueden"

Una comisaría de los Mossos d'Esquadra, más policía patrullando por las calles y el fin del reparto de jeringuillas en el barrio. Son las peticiones de los vecinos de Trinitat Vella, 200 de los cuales se reunieron ayer en asamblea, convocados por la Coordinadora Antidroga, para intentar poner fin a lo que consideran una grave amenaza para la convivencia y la seguridad en el vecindario: la proliferación de traficantes y toxicómanos que acuden a pisos del barrio para comprar y consumir heroína.

Bajo el lema Ni drogas ni traficantes, la coordinadora pide unidad. Luis Quero, de la asociación de vecinos, destacó la fuerza del barrio: "Hemos conseguido unirnos bajo un mismo lema y con un mismo objetivo".Desde hace cuatro meses, todos los jueves las calles de Trinitat Vella se llenan de vecinos y comerciantes, unidos para proteger al barrio de la amenaza de los traficantes de heroína y la molestia que les supone ver cada día a decenas de toxicómanos deambulando por aceras y parques. Allí es adonde acuden los consumidores a inyectarse la droga recién comprada en alguno de los pisos del barrio convertidos por los traficantes en auténticos comercios de estupefacientes.

Ayer, en cambio, los vecinos se reunieron en la parroquia de Trinitat Vella. El objetivo era debatir y proponer vías de acción con las que convencer a las Administraciones para que se impliquen."¡Seguridad!": esta fue la palabra más pronunciada en la parroquia. Seguridad en las calles y erradicación de los puntos de distribución de heroína.

Los vecinos mostraron su oposición a la posible instalación en el barrio de dispositivos de atención a los toxicómanos. "No queremos ningún autobús de metadona, ni una narcosala, ni otro dispensador", afirmó José María López, miembro de la Coordinadora Antidroga. La plataforma sostiene que Trinitat Vella, un barrio duramente castigado por la crisis y el paro, ya sufre suficientes problemas y que estos servicios deberían llevarse a zonas de la ciudad con mejor situación socioeconómica.

López puso como ejemplo la instalación de un dispensador de jeringuillas en un parque del barrio. "Eso solo logró atraer a más toxicómanos", explicó. Hace un mes, un desconocido destrozó la máquina a golpes de casco y desde entonces el centro de atención primaria (CAP) de Via Barcino es el que hace el reparto.

"Debemos seguir adelante por nuestros hijos, para no dejarles un barrio como este", explicó May Jiménez, de la Coordinadora Antidroga. Por ello, continuar con las manifestaciones es otra de las medidas fundamentales para dar a conocer sus peticiones.

Una de las propuestas que los vecinos insisten en llevar adelante es una concentración en la plaza de Sant Jaume. "Queremos llevar a nuestros hijos a jugar allí para dejar claro a la Generalitat y al Ayuntamiento que en nuestras zonas verdes no pueden hacerlo porque el suelo está lleno de jeringuillas", propuso Ángel Sevilla.

El 31 de octubre los vecinos se reunieron con la regidora de Sant Andreu, Gemma Mumbrú, para acercar posiciones. "Vinieron a oírnos, no a proponer soluciones", explicó José María López.

Otra de las medidas que la asamblea propuso en la reunión fue la coordinación con otros barrios, como Ciutat Meridiana y Torre Baró, pues son también focos importantes de tráfico de estupefacientes. La coordinadora quiere a dar a conocerse en el resto de los barrios para trabajar todos juntos. "No tenemos que soportar que esto sea un segundo Can Tunis", señaló José María López.

Durante la asamblea, se abrió un turno de palabras para los presentes. Uno de ellos, vecino desde hace más de 50 años, opinó que no se conguirá acabar con el tráfico de drogas. "Este barrio lleva muchos años así y nadie ha hecho nada por ello", dijo. La misma persona apostó por continuar con las manifestaciones, pero añadió que para conseguir algo "se debe cortar la Meridiana o la ronda".

La Coordinadora Antidroga recordó que la manifestación de la próxima semana no se hará por el barrio como hasta ahora, sino que se irá hasta el Ayuntamiento de Sant Andreu, donde se entregará una carta con las propuestas ayer recogidas. "Dejaremos de existir cuando esto se solucione"

Lo más importante para los vecinos, sin embargo, es haber perdido el miedo a los traficantes. "Estamos organizando revuelo, ellos lo ven. Es el primer paso para conseguir que se marchen", se animan unos a otros.

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