El Barça ejerce de campeón
Los azulgrana resuelven su visita al Getafe con una lucida actuación colectiva y una exhibición del insaciable Messi
El actual campeón de Liga se zampó ayer al Getafe de manera rotunda. El Barcelona ni siquiera le concedió el beneficio de la duda: abrió la boca y lo engulló. Le bastó con coger el balón para dar una lección de juego inolvidable. Marcó Messi, claro, y marcó también Villa, pero, por encima de todo, jugó el Barcelona, que mostró el ademán que le identifica con lo que fue y, al tiempo, viene a reafirmar su voluntad de seguir siendo un equipo para el que se busca sustantivo porque ya ha agotado los adjetivos. Ganó el Barcelona al Getafe y dice la tradición que cuando eso ocurre en el Camp Nou se celebra la conquista de la Liga.
A tenor de lo visto ayer, el Barcelona no pasea en su pecho el escudo que le señala como el mejor equipo del mundo por lo que hizo, sino por lo que pretende seguir haciendo. Ni da tregua al rival ni la contempla para él mismo. Ayer jugó, ganó y, a ratos, pareció volar. Entregado a la idea que le ha convertido en referente, el Barça peleó muy arriba por tener la pelota, la hizo suya y no la soltó hasta afrontar a Codina. Tocó tanto y tan rápido que los muchachos de Míchel siempre llegaron tarde. A ratos, la superioridad del Barça fue tal que resultó casi aburrida porque pareció que no tenía adversario.
GETAFE 1 - BARCELONA 3
Getafe: Codina; Pintos, Cata Díaz, Rafa, Mané; Víctor Sánchez (Albin, m. 67), Boateng; Pedro Ríos (Arizmendi, m. 64), Casquero (Parejo, m. 63), Manu del Moral; y Miku. No utilizados: Ustari; Borja, Mosquera y Marcano.
Barcelona: Valdés; Alves, Piqué, Puyol, Maxwell; Xavi (Busquets, m. 77), Mascherano, Iniesta; Pedro (Keita, m. 89), Messi y Villa (Milito, m. 72). No utilizados: Pinto; Adriano, Abidal y Bojan.
Goles: 0-1. M. 22. Messi, a pase de Villa. 0-2. M. 34. Villa remata una asistencia de Messi. 0-3. M. 64. Pedro aprovecha la presión de Messi a Cata Díaz y marca. 1-3. M. 69. Manu del Moral transforma un penalti por manos de Piqué.
Árbitro: Ayza Gáméz. Amonestó a Cata, Pintos, Iniesta y Del Moral y expulsó a Piqué (m. 68) por doble amarilla -no podrá jugar contra el Villarreal- y Boateng (m. 80).
Unos 15.000 espectadores en el Coliséum Alfonso Pérez.
Empezó la jugada Alves, la siguió Villa vestido de Xavi y la remató un sutil Messi
El Getafe marcó por un penalti que le costó la expulsión a Piqué, baja ante el Villarreal
Al compás que dictó Xavi, de quien nadie diría que le duelen los tendones de los dos talones tanto como le duelen, el juego tuvo siempre sentido. Protegió Mascherano, filtró Iniesta, se abrió Pedro, se ofreció Villa y deleitó Messi para desarmar a un equipo, el Getafe, que si quiere no puede y si puede pareció no querer, cosa que resultaría altamente preocupante para Míchel, que pretende ver a sus chicos jugar con el desparpajo y la profundidad del Barcelona, pero la imitación no le cuaja.
Se impuso el Barça de principio a fin, con una paciencia digna de elogio, a partir de unos interminables rondos. Cayó por su propio peso el talento y la superioridad del Barça. Seguramente el primer gol de Messi resume perfectamente lo que fue el duelo. La jugada fue maravillosa: la empezó Alves sumando como extremo, la siguió con Villa vestido de Xavi o de Iniesta sobre el punto de penalti y la acabó con una definición sutil como pocas Messi, insaciable como de costumbre. La combinación entre el 7 y el 10 vino a poner de manifiesto que más allá del gol, El Guaje aporta mucho al ataque azulgrana. Así sucedió ayer cuando habilitó a La Pulga para que marcara el 0-1. Como ha venido haciendo en los últimos cuatro partidos, Messi puso ayer en ventaja al Barça. El gol del delantero de Rosario ya es una costumbre cada vez que asoma por el Alfonso Pérez. Y si no marcó más fue por algunos detallitos, entre otros su generosidad. Saciado su vicio, se preocupó de que Villa tuviera su dosis y buscó al asturiano hasta que le encontró.
Con 10 mundialistas y siete campeones del mundo -todos menos Busquets, que cedió su sitio a un entonado Mascherano-, el Barcelona se impuso como lo que es, una máquina engrasada que funciona como un reloj. No perdonó Villa a la tercera que tuvo, justo cuando el partido ya era un festival, cuando el Barcelona era un vendaval que no atendía a razones.
Se tensó el Getafe en la reanudación y el partido encontró dos porterías. De perdidos al río, debieron de pensar los de azul, así que se crecieron los de Míchel hasta dejarse ver por el área rival como nunca. Pero tan pronto atinó el Barça a pisar el área rival marcó Pedro y se terminó la historia después de que Messi provocara el error de Cata Díaz y la incapacidad de Codina para rectificar a su compañero. Lo que vino después debió ser pura anécdota, pero el orgullo del equipo local se empeñó en demostrar lo contrario.
Marcó el Getafe de penalti en una jugada que le costó a Piqué la segunda tarjeta amarilla y la expulsión -no podrá jugar contra el Villarreal-, y el Getafe se quitó los complejos. Los chicos de Míchel no pararon de buscar a Víctor Valdés. Exigido, el portero del Barcelona apareció para facilitar un desenlace sin angustias para el bando azulgrana. Solo faltó que Boateng dejara su equipo con 10 para que el campeón recobrara el pulso y el partido terminara como empezó: con el Barça, o sea, el campeón, imponiendo su estilo con una autoridad y un liderazgo indiscutibles. Anoche funcionó la orquesta y se lució también el solista Messi para completar una actuación revitalizante.
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