Una misión nada fácil

Emilio Botín está corriendo un riesgo. Tras la sorprendente marcha de Antonio Horta-Osório para dirigir el Lloyds Banking Group, el veterano presidente del Santander tiene un puesto vacante en lo más alto de la empresa en Reino Unido, uno de los mercados más importantes del banco fuera de España. Botín ha elegido a su hija para el cargo.

A Ana Patricia, de 50 años, no le será fácil llenar el hueco que ha dejado su predecesor. Puede que Horta-Osório ya haya hecho lo más difícil al enderezar las operaciones en Reino Unido, pero la nueva consejera delegada tendrá que integrar 318 sucursales adquiridas recientemente al Royal Bank of Scotland a la vez que mantiene el crecimiento de las ganancias de la división, superior al 10%. Hay ciertas dudas. Aunque se considera que ha hecho un buen trabajo dirigiendo el banco comercial Banesto, el negocio en Reino Unido es mucho mayor.

Pero Ana Patricia no solo va a tener que convencer a su padre, sino que también tendrá que poner de su lado a los inversores institucionales de Reino Unido, que tienden a desconfiar de cualquier cosa que huela a nepotismo. Su credibilidad será fundamental para el éxito de la oferta pública inicial de Santander en Reino Unido durante la primera mitad del año que viene. El banco confirmó que tiene intención de sacar a Bolsa una quinta parte de los 20.000 millones de libras de la empresa en Reino Unido para recaudar hasta 4.000 millones de libras.

Pero intentar repetir la oferta pública realizada el año pasado por la rama brasileña de Santander, que alcanzó el triple de su valor contable, parece pedir demasiado. La mayoría de los bancos de Reino Unido negocian basándose en el valor contable, y Santander tendrá que presionar mucho para obtener una prima. Ana Patricia también corre el riesgo de verse atrapada entre una empresa matriz hambrienta de capital que quiere una valoración tan alta como sea posible y unos inversores de Reino Unido que quieren una ganga. Le resultará difícil convencer a las instituciones de que es verdaderamente independiente de su padre.

Puede que eso sea injusto. Al fin y al cabo, Botín padre no ha ascendido a sus seis hijos a puestos tan altos como el de Ana Patricia. Su nuevo trabajo también podría ser importante para los planes de sucesión en el Santander. Ana Patricia suele ser objeto de discusión como sustituta de su padre en la presidencia del banco. Si triunfa en Reino Unido, es más probable que los inversores y los guardianes del buen gobierno corporativo le den su bendición.