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Reportaje:FÚTBOL | Décima jornada de Liga

Mucho talento, mucho trabajo

Valdés, portero del Barça que hoy se mide al Getafe, inicia los partidos dos horas antes

En los últimos cinco años, Víctor Valdés ha jugado en el Coliseum Alfonso Pérez cinco veces. Ganó en tres ocasiones y, hace cinco cursos, su actuación fue decisiva. No es que sea supersticioso, pero Valdés entra el en campo señalando al cielo en busca de su abuelo, repite camiseta si el equipo gana -y el árbitro se lo permite- y sigue un ritual que empieza mucho antes de que se inicie el partido en lo que se entendería por una suave sesión dedicada a adquirir mini cuñas de fuerza. "No le fatiga, pero activa muelles", advierten desde la preparación física. "Un portero necesita activar muchas fibras en poco tiempo; no es tan importante tener mucha fuerza sino que la pueda aplicar en muy pocos segundos. Por eso los partidos empiezan para Valdés cuando sus compañeros reconocen el campo. Entonces, en el gimnasio, si hay, o en el vestuario, calienta las pilas antes de pisar el césped. Da igual si no hay una zona especial, porque se improvisa. Los preparadores físicos han diseñado ejercicios que requieren un mínimo espacio, porque tampoco andan sobrados de metros en el gimnasio de la ciudad deportiva. "Es tremendamente disciplinado", reconocen.

El guardameta ha cambiado de profesor, de Unzue a Busquets, y nadie lo ha notado
"Los ejercicios previos no le fatigan, sino que activan muelles", dicen los preparadores físicos

No es menos cierto que el trabajo con el que Valdés inicia los partidos casi hora y media antes de que pite el árbitro tiene mucho de generador de confianza. Valdés, por filosofía de vida, necesita sentirse seguro para afrontar retos, así que combina los momentos de relajación con los de activación de manera concienzuda. En ese sentido, el hecho de que haya cambiado de preparador personal parece no haberle dejado secuelas. Valdés se enteró en Potchefstroom, mientras disputaba el Mundial de Sudáfrica, de que Juan Carlos Unzue había fichado por el Numancia. Todavía no era campeón del mundo cuando enjuició la trascendencia del adiós de Unzue al cuerpo técnico del Barcelona y a su vida. "No necesitaba ni hablar con él. Nos mirábamos y era suficiente. Le voy a echar de menos", dijo el portero en el sentido "hasta luego" al que fue su entrenador las últimas siete temporadas. "Da gusto verles entrenar", reconoció Pinto al poco tiempo de llegar al Barça. Siete años que terminaron el pasado mes de junio cuando Carles Busquets reemplazó a Unzue. Valdés ha cambiado de profesor y nadie lo ha notado.

"Unzue y Busquets son muy parecidos", explica el de Gavá. "Sabéis qué significó para mí Unzue como futbolista y como persona. Pero la verdad es que con Busquets trabajamos igual; coinciden mucho en los métodos, aunque, evidentemente, sean personalidades diferentes. Juan Carlos era más inquieto y Carles es más tranquilo", advierte el portero. "Busquets ha ido cogiendo el aire a lo que Víctor estaba acostumbrado, lógicamente", admite Pinto, que en los primeros partidos actuó como asesor del entrenador en los calentamientos sobre el campo. "Yo sé como le gusta a Víctor y le iba explicando al mister: 'Ahora esto, ahora lo otro'. Para que él supiera".

Valdés es un portero exigente en las cargas de trabajo, así que pillarle el punto no es fácil. Pero en el vestuario señalan que el chaval que conoció Unzue en el 2003 no se parece en nada al Valdés actual. "En el último año y medio, es mucho más cercano, expresivo. Más divertido y extrovertido que antes", explican quienes le han visto llegar al primer equipo y ahora conviven con quien Michael Schmeichel -legendario portero danés del Manchester United- señaló el martes en Copenhague como uno de los cinco mejores porteros del mundo. "Si ha llegado hasta aquí es gracias a su capacidad de trabajo y de mejora. Lo suyo es talento, claro, pero en su caso hay mucho trabajo y se nota", incide José Manuel Ochotorena, entrenador de porteros de la selección española.

Valdés vuelve a Getafe, donde el 27 de noviembre del año 2004, con una mano cambiada, salvo el 1 a 2 del marcador, a remate de cabeza de Yordi. "Es una de las mejores paradas que le he visto hacer nunca", admite Pepe Reina, ex compañero en el Barça desde los 12 años, con el que se ha reencontrado en la selección. En 2004 el Barça ganó en Getafe y esa temporada se llevó la Liga. Valdés logró el primero de los tres premios Zamora que guarda en su casa. "Para mí, una buena parada es la que sirve de algo", aclara Víctor de camino de Getafe.

Víctor Valdés durante un entrenamiento del Barcelona.
Víctor Valdés durante un entrenamiento del Barcelona.ENRIC FONTCUBERTA

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