La languidez de dos películas

Más allá del glamour y las visitas, un festival se compone de películas. Y el de Sevilla las tiene para todo los gustos. Tras la irregular comedia Tamara Drewe, que el viernes sirvió de arranque del certamen, ayer la sección Oficial languideció con la británica Mr. Nice, de Bernard Rose, y la francesa Chicas. La segunda es el debut en la dirección de la dramaturga Yasmina Reza, la creadora de Arte; la primera, Mr. Nice, es en realidad una coproducción hispanobritánica y recrea la vida de un auténtico traficante de hachís, Howard Marks. Como director, Rose se ha movido siempre en terrenos muy extraños y variados: de El gánster y la corista a los sufrimientos sentimentales de Beethoven en Amor inmortal, pasando por el terror más puro con Candyman o la deliciosa adaptación de Ana Karenina, la novela de Tolstoi. En Mr. Nice no acaba de encontrar su punto con un personaje que debería ser el gran embaucador, un tipo que enganchara a la audiencia como hace con sus clientes desde que inicia sus pequeños pasos como camello en la elitista universidad de Oxford en el momento más moderno de una gris Gran Bretaña.

La obra del director británico recrea la vida de un traficante de hachís

Carmen Maura es una de las actrices del filme de la autora de 'Arte'

El director ha venido a Sevilla con parte del equipo técnico y con Luis Tosar, el hombre del día con su candidatura a los premios del cine europeo, como representante del reparto, ya que encarna al policía estadounidense obsesionado con atrapar al camello de altos vuelos. La otra cara española en la película es Elsa Pataky, que da vida a la primera pareja de Marks (Rhys Ifans). Poco aportaron más allá de defender la historia, que incluso juega a poner a Rhys Ifans en auténticas imágenes de la época. El truco canta tanto como las costuras de un guión que deja ver en demasía hacia dónde va la historia de un tipo que acaba sin conectar con el espectador.

Tampoco sale bien parada Chicas, de Reza, otra película con actor español, en este caso actriz: Carmen Maura. La conflictiva relación entre una madre, malagueña, y sus tres hijas sirvió en el mejor de los casos para que Reza pisara el escenario del Lope de Vega y hablara un poco en un muy correcto español. Habló con cariño de Andalucía, antes de confesar que no se sentía capaz de seguir en este idioma y pasarse al francés. Maura, a su lado, también elogió al público sevillano y aseguró que el rodaje de Chicas había sido uno de las mejores experiencias de su carrera. Felicidades para ella, porque al público eso no le quedó tan claro. Su madre puede que sea un personaje creíble, sobre todo en su relación con su novio, un vivaz André Dussollier. Pero las tres hijas merecen un castigo ejemplar. Solo Emmanuelle Seigner puede sacar algo de jugo al papel de la actriz que triunfa por todo el mundo pero vive completamente sola. Sus otros dos retoños son tan aburridos como la obra de teatro búlgara que intenta memorizar una de ellas. Chicas se desarrolla en parte en Andalucía, porque de aquí era la mujer (Andrea Peralta, a quien está dedicada la película y cuyo apellido llevan las mujeres del filme) que cuidaba a Reza de cría.

El próximo texto que llevará Roman Polanski será la adaptación de la obra de Reza: Un dios salvaje. Seguro que él exprime mejor ese feroz combate entre dos matrimonios. Probablemente la conexión entre ambos autores la tendió Seigner, esposa de Polanski, actriz en Chicas. Ayer también parecía que todas las señales se dirigían en Sevilla al director francopolaco con todo este juego de relaciones, las siete candidaturas de su El escritor a los premios del cine europeo y la proyección de Essential killing, del polaco Jerzy Skolimowski. Skolimowski no solo es uno de los grandes directores de su país, sino que escribió los guiones de una película capital en la carrera como director de Polanski: El cuchillo en el agua. Y el único personaje femenino en Essential killing lo encarna... Emmanuelle Seigner. Todo queda en casa. Parece increíble que un cineasta con 72 años sea más moderno que muchos veinteañeros armados de cámaras digitales. Su protagonista es un combatiente talibán que acaba por avatares del destino huyendo como un animal por los bosques nevados de la Europa central. Cualquier acción vale para sobrevivir y Mohamed se mueve acorralado matando a quien se cruza. Devastadora, solitaria, de paisajes desoladores y poco manchados por la civilización humana, con cada plano Skolimowski cuenta mucho más que Reza con 10.000 palabras. Cuestión de estilos.

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