"Vivimos de nuestro trabajo"
Sergi Calleja, nuevo presidente de la asociación de las empresas del teatro, pide reconocimiento a "un sector económico estratégico"
"Venimos de un año muy malo, horroroso, nefasto, de confrontación constante con la Dirección General de Teatres, un año en el que no se ha podido consensuar nada", asegura rotundo Sergi Calleja, nuevo presidente de la Associació Valenciana d'Empreses de Teatre i Circ (Avetid), la patronal del mundo del teatro. "Aquí se nos ha dicho 'esto es lo que hay, y punto", se queja Calleja, aunque comprende que Teatres también tiene problemas de presupuesto y afronta deudas.
El presidente de Avetid matiza que ahora el secretario autonómico de Cultura, Rafael Miró, ha abierto las puertas al diálogo. "El punto de partida ideal sería un reconocimiento implícito del sector, que ahora no se produce. Tenemos que definir las líneas maestras de lo que será esto los 20 próximos años, y no inventarnos un modelo cada cuatro años".
"Nosotros recibimos ayudas que revertimos luego al Estado"
"No existe para nada divorcio con el público. Las salas se llenan"
El cisma surgió cuando Teatres modificó el sistema que llevaba teatro a decenas de municipios. "La orden de ayudas al Circuit Teatral era un modelo que funcionaba bien y hasta se había exportado a otras comunidades". Y cuáles eran sus ventajas: "No ahogaba a los Ayuntamientos a nivel de tesorería, no ahogaba a las compañías". Pero se modificó sin consenso. Y aunque todavía les faltan datos, auguran malos resultados. "Muchos Ayuntamientos han levantado programaciones por cuestiones presupuestarias". También se queja de la desaparición del censo de compañías y espectáculos que elaboraba Teatres, una información con cachés y contenidos muy útil para los programadores.
Pero lo que quieren cambiar sobre todo es la imagen que se da de ellos. "La percepción que hay es que nosotros vivimos del dinero de la Administración", se queja, "las ayudas son una parte mínima, nosotros vivimos de nuestro trabajo". E insiste: "Nosotros recibimos ayudas que luego revertimos al Estado". Hasta cuatro veces más de lo que reciben, según un estudio que presentará pronto la Avetid.
De hecho. Recuerdan que las industrias culturales aportan el 3% del PIB, nada baladí si se compara con el automóvil o la agricultura, con un porcentaje similar. Y a todo el mundo le parece bien que den ayudas para que las fábricas y los concesionarios no cierren. "Al sector cultural, por el contrario, se le estigmatiza". Y eso que las ayudas en 2009 a todas las empresas y compañías valencianas solo sumaron 1,4 millones de euros, cifra menor si se compara con los 14 millones que costó la sonorización de la visita del Papa.
Calleja también denuncia una "competencia desleal de la Administración: contenidos que podrían corresponder a lo privado se están absorbiendo desde lo público, para no tener costes". Y ponen como ejemplo el fallido intento de dejar la programación de dos meses en el Teatro Principal a la SGAE o que esta misma sala, "el buque insignia de los escenarios valencianos", cope su programación durante tres meses con el musical Chicago.
En cuanto a las críticas sobre si su producto no interesa a los ciudadanos, niega la mayor: "No existe para nada el divorcio con el público. Las salas se llenan".
Por último, también quieren huir del debate político, puesto que quieren defender al sector. Por eso, Calleja también echa en falta el apoyo de todos los grupos políticos: "Parece que las artes escénicas sean un campo de batalla para conseguir votos, y los que estamos en medio estamos recibiendo hostias y más solos que la una".
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