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Reportaje:

Lunes de todos los museos vivos

Cientos de valencianos y de turistas aprovechan el día festivo para ver arte

Daniel, peruano de 19 años que estudia Derecho en Pamplona, y su amiga Kaori, japonesa de 21 que cursa Filología Española en la misma ciudad, recorrían ayer por la mañana con aire cansado pero satisfecho las salas del Institut Valencià d'Art Modern (IVAM), en un extraño lunes que abrió las puertas de los grandes museos de Valencia debido a la festividad de Todos los Santos. A punto de acabar un largo puente de ocio y cultura, aprovechado para embarcarse con otros 50 estudiantes en un autobús con destino Valencia, reconocían que la oferta es muy amplia. De hecho, les cundió tanto que las salas dedicadas a la excelente Colección Christian Stein o la exposición de los magníficos dibujos traídos del Moma de Nueva York constituían para ellos la tercera visita del fin de semana, en el que también visitaron el Museo del Artista Fallero y la considerada por muchos la segunda pinacoteca española, el Museo de Bellas Artes San Pío V. "Son museos muy bonitos", resumía Daniel el fin de semana, "nos ha servido para contrastar la diferencia entre el arte contemporáneo y el arte clásico".

El IVAM registraba ayer la afluencia de visitantes de un festivo normal

A última hora de la mañana, decenas de visitantes recorrían el IVAM. Desde la institución reconocían que las visitas de la mañana, unas 400 personas, se aproximaban a las de un festivo normal, eso sí, sin llegar a la extraordinaria afluencia del día anterior. Un domingo que vio pasar ante las colosales esculturas de hierro oxidado de Xavier Mascaró a 1.100 personas por la mañana y a otras 700 por la parte. Visitas distribuidas aproximadamente al 50% entre nacionales y extranjeros.

Sin llegar a esa afluencia, las tranquilas salas del San Pío V también contaban con amantes del arte. Si un domingo normal capta 800 visitantes y a media mañana ya han cruzado sus puertas unos 250, ayer a mediodía ya sumaba 150 visitantes. Entre ellos los alicantinos Rebeca, estudiante de Bellas Artes de 27 años, y Jaime, de la misma edad, aficionados a aprovechar fines de semana como este en Valencia para ver arte. El domingo visitaron el Centre del Carme y el Arqueológico. Ayer también hubieran podido visitar los principales museos de la ciudad, tanto los municipales como los dependientes de la Diputación de Valencia, como el Museu Valencià de la Il·lustració i la Modernitat (Muvim), la Sala Parpalló, el Museu Valencià d'Etnologia y el Museu de Prehistòria de València.

Giorgio y Fabiana, italianos de Milán, también apuraban en el San Pío V su visita de cuatro días, en la que habían recorrido los grandes monumentos del centro (catedral, basílica, lonja, mercado central) y los nuevos hitos modernos, como la Ciudad de las Ciencias o el puerto, que les pareció "muy grande y con poca gente".

En solitario, Encarna, profesora de universidad jubilada de 68 y afincada en Ibiza, también había recorrido el centro para afirmar: "Valencia es gótica, aunque no es mi estilo es muy bonita". O para constatar el cambio: "La Ciudad de las Ciencias es increíble. Se nota que aquí hay mucho dinero".

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Y sin salir de su ciudad, otra pareja, formada por Begoña, de 42 años, y Alfredo, de 43 y empleado en otro museo de la ciudad, recorrían las salas con la queja de que "hay demasiado arte religioso". Alfredo, que criticaba la baja altura de los techos, que hacía que las pinturas recargaran el ambiente, se declaraba un asiduo a los museos: "A este vengo cuatro o cinco veces al año y al IVAM siete o diez veces". Eso sí, un gran visitante pero "solo de los museos gratuitos, que los 20 euros de la Ciudad de las Ciencias los pague otro".

Familias, parejas, personas solitarias, que hablaban en español o en muchas otras lenguas. Este lunes se convirtió así en una jornada de museos vivos, museos que solo abiertos cumplen su función.

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