Valeriano, un jubilado ante dos crímenes
El juez imputa dos delitos de homicidio imprudente al conductor que atropelló a una mujer embarazada hace una semana - El acusado se acoge a su derecho de no declarar
Valeriano, el hombre de 66 años que atropelló mortalmente a una mujer embaraza de nueve meses, fue imputado ayer de dos delitos de homicidio imprudente. Tras ser arrollada, la mujer fue atendida de heridas mortales. Los sanitarios tuvieron que practicarle una cesárea post mórtem de la que nació un niño que falleció dos días después.
El jubilado se acogió a su derecho de no prestar declaración ante la juez del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Collado Villalba y su abogado, en la puerta de los juzgados, pidió que no se le criminalice y se le deje en paz porque se encuentra muy afectado por lo ocurrido.
La estrategia de Valeriano ha sido no añadir ni una coma a la declaración que hizo el día del accidente, el 17 de este mes, en la comisaría de la Policía Local. Allí, el conductor, que venía de ver un partido de fútbol y enfilaba una calle que une Villalba y Galapagar, dijo que vio a un par de mujeres con velo caminando a un lado de la acera, que las perdió de vista y que de repente escuchó un fuerte golpe en un lateral. Su teoría, que la mantiene aún, es que la mujer cruzó mal, dos metros adelante del paso de cebra. Para añadir condicionantes al atropello, dijo que se deslumbró con el sol del ocaso del día.
Tras acudir al Juzgado de Collado, el acusado quedó en libertad
Los vecinos de la zona donde ocurrió el accidente reclaman badenes
Otro de los puntos de su defensa son las marcas del coche, que permaneció cuatro días en el depósito municipal. Los golpes, según las fotografías, se encuentran en la parte derecha del capó y de la luna delantera. Su defensa cree que eso demuestra que el golpe no fue frontal y que la mujer no estaba a la vista de Valeriano. Sin embargo, ese detalle no arroja luz sobre si el impacto se produjo o no en el paso de cebra.
La juez no ha tomado ninguna medida cautelar contra Valeriano y lo ha dejado en libertad. "Somos una familia normal y sencilla a la que de repente se nos ha venido esto encima, como si fuésemos criminales, y eso nos duele más que nada. Pasamos por un momento trágico y pedimos mil veces perdón a la familia de la chica", decía Sonia, la hija de Valeriano.
En los próximos días, la juez llamará a declarar a la cuñada de la víctima, Amina Echikhi, y a una amiga, Hafida Fares, que estaban con Khadija El Haddad cuando se produjo el atropello. Si las dos mantienen su versión inicial, contarán que estaban cruzando el paso de cebra cuando el coche arrolló a la mujer, de 26 años.
Los funerales de la madre y el hijo se celebraron el pasado fin de semana en un pueblo llamado Targuist, en la provincia de Alhucemas, al norte de Marruecos. Fue multitudinario, según cuenta un familiar, Abdessakan Yaagoni. "Se echó todo el mundo a la calle a honrarles. El pueblo ha sufrido mucho por esta desgracia de su gente tan lejos de casa", reflexionaba. La noticia fue seguida por los habitantes de allí a través de los medios internacionales y el asunto tuvo eco en la prensa local marroquí. Rachis Jahah, el marido de la víctima, tenía previsto volver hoy a España después de haber descansado esta semana e incorporarse a su trabajo como cocinero en un restaurante.
Los vecinos de la zona donde se produjo la desgracia llevan años reclamando unos espejos en las esquinas para facilitar la entrada a la calle principal y badenes que obliguen a aminorar la velocidad de los coches en ese tramo. Sin embargo, como justo enfrente hay un polígono industrial, estas medidas no se pueden llevar a cabo porque dificultarían la movilidad de los camiones de gran tonelaje que cargan y descargan mercancía.
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