Botín afirma que "la reestructuración de las cajas no va al ritmo adecuado"

El presidente del Banco Santander, Emilio Botín, recomendó ayer, con su contundencia habitual, profundizar en el proceso de reformas "para lograr que la incipiente recuperación económica sea más vigorosa y sostenible". A su juicio, "la reestructuración del sector de las cajas no va a la velocidad adecuada". Asimismo, mandó un mensaje claro al Gobierno y a grupos políticos y sociales para que aborden la reforma de las pensiones y arreglen la descoordinación y solapamiento de las Administraciones autonómicas y central.

El banquero, que intervino en el XIII Congreso de la Empresa Familiar celebrado en su tierra, Cantabria, destacó la labor realizada por el Banco de España y el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB); pero advirtió de que "si no se cambia la tendencia, se producirá un deterioro progresivo de las entidades que hará mucho más caros y complicados los procesos de reestructuración". Ante eso, demandó planes urgentes para, entre otras cosas, reducir la capacidad instalada y configurar un sistema más sólido, lo que, a su juicio, "facilitará la aportación de nuevo capital y mayor fluidez del crédito".

La empresa familiar respalda retrasar la edad de jubilación

Botín sostuvo que la respuesta de los Gobiernos a la crisis y las medidas adoptadas han permitido recuperar la confianza de las empresas y las familias y que, en el caso español, se han abordado algunas reformas importantes; pero reclamó como urgente la revisión del Estado de las autonomías, en una línea similar a la que luego sostuvo ante el mismo foro el líder del PP, Mariano Rajoy. "La superposición de competencias de algunas de nuestras Administraciones públicas y la proliferación de regulaciones que fragmentan el mercado único español", criticó Botín, provocan "ineficiencias, barreras y distorsiones que erosionan la capacidad de crecimiento".

No acabaron ahí sus críticas. Las siguientes fueron para reclamar una reforma de las pensiones. "Lo creo esencial tanto para asegurar su viabilidad a largo plazo como para enviar un mensaje a los mercados internacionales sobre nuestro compromiso con la sostenibilidad de las finanzas públicas". Añadió que la reforma laboral va en la dirección adecuada, "pero podría ser más ambiciosa".

También pidió la colaboración de los empresarios ("ante la progresiva retirada de los estímulos públicos como motor de crecimiento") y enfocó un mensaje de esperanza hacia las ventajas de España: es el único país, junto a Alemania, que mantiene las exportaciones, el aumento del ahorro de las familias y la capacidad del sector empresarial.

Por su parte, el Instituto de Empresa Familiar (IEF) completó ayer su decálogo de propuestas para cambiar el modelo productivo y que va a presentar al Gobierno. Sobre las pensiones, el nuevo presidente del IEF, Isak Andic, pidió que se retrase la edad de jubilación y que se tenga en cuenta toda la vida laboral para calcular la cuantía de las prestaciones. En su opinión, trabajar más años permitirá a España "ser un país más competitivo, reducir el paro y generar confianza en los mercados exteriores para atraer inversión y tener acceso a los recursos financieros". Por ello, ha instado a los grupos políticos a que alcanccen acuerdos y a que dejen de lado sus intereses partidistas ahora que se acercan las elecciones autonómicas.

El dueño y fundador de Mango, que el lunes tomó el relevo de Simón Pedro Barceló al frente del IEF, también propuso rebajar el impuesto de sociedades, que, según recordó, es superior a la media europea, y que los contratos a jóvenes no paguen durante dos años las cotizaciones a la Seguridad Social. Junto a ello, reclamó que los beneficios que se reinviertan no tributen, defendió destinar más fondos a la I+D y se mostró a favor de planes de financiación público-privada para ello.

Por otra parte, el presidente del Santander desveló que el 83% de los beneficios de la entidad procede del exterior, siendo Brasil la principal fuente, con el 27%, mientras Reino Unido ocupa el segundo lugar, con el 18%, por delante de España, con el 17%.