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MUNDIAL DE F-1 | Gran Premio de Corea del Sur
Columna
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Un doble campeón no fallará

Que Fernando Alonso es el piloto que mejor gestiona la presión no es ningún secreto para nadie. Lo ha demostrado en el pasado y lo ha vuelto a constatar en este campeonato. Ayer mostró una solidez impresionante en su conducción. Su cabeza permanecía fría e imperturbable cuando la de otros estaba ya encendida. Alonso no es como Hamilton, ni como Vettel ni siquiera como Webber. Es cierto que cometió varios errores en la primera parte de la temporada. Pero, cuando todo se está decidiendo, no falla. Y ayer no lo hizo. Presionó a Webber hasta que erró y luego se acercó a Vettel para obligarle a forzar su máquina: el Red Bull, acreditando la fragilidad que ha venido acusando, acabó rompiéndose.

Alonso llega a Brasil en las mejores condiciones. Red Bull tiene toda la presión
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Alonso tiene el Mundial en sus manos

Hubo un componente de suerte a favor de Alonso. Y una falta de solidaridad en el equipo Red Bull, que no ha sabido gestionar su superioridad y que ahora está regalando el título al español y a Ferrari. Porque, cuando un doble campeón mundial como el asturiano adquiere una ventaja como la que ahora tiene, no falla. Y Alonso no fallará. Ahora ha pasado toda la presión a Red Bull. Y llega a Brasil en las mejores condiciones para reafirmar su superioridad. Porque, además, aquel circuito es de los que menos favorecen a los Red Bull. Allí, tanto Ferrari como McLaren estarán a la altura de los monoplazas de la marca de bebidas energéticas.

Sorprende que Red Bull haya renunciado a trabajar en equipo porque, si hubieran aprovechado la lluvia y falta de visibilidad que se daban en esta carrera, tal vez habrían podido obtener un resultado distinto. Solo debían sufrir en las rectas. Habrían podido ayudarse en las zonas de curvas con las grandes cortinas de agua que cerraban por completo la visibilidad a sus perseguidores. Habrían podido correr más tranquilos, sin forzar tanto sus coches y sin tomar riesgos excesivos. Pero no lo hicieron. Ahora quedan 50 puntos por disputarse, pero Vettel ha perdido casi todas sus posibilidades y Webber está a 11 de Alonso. Es el momento de dar al australiano todo el apoyo del equipo, que tal vez le ha faltado hasta ahora, pero no estoy seguro de que se lo concedan.

Alonso, en cambio, mantiene la hoja de ruta que se marcó al principio de la temporada. Lleva cinco victorias con Ferrari, es el que más ha logrado este año, y es líder destacado del Mundial. Con algunas quejas encubiertas, consiguió que el equipo se pusiera las pilas, que afinara en las evoluciones y mejoras y que pusiera en sus manos un bólido competitivo desde la mitad del campeonato. Ahora lo tiene. Él siempre da el 100% y exige lo mismo a los demás. Todos responden. El equipo está tan motivado como él mismo. Y Alonso asume responsabilidades que tal vez ni siquiera le correspondan como salvar al mecánico que ayer perdió una arandela al colocarle una rueda.

Toda la suerte que tuvo Alonso se le negó a Jaime Alguersuari, que también realizó una gran carrera y salió de ella sin poder sumar ningún punto. Fue una lástima porque, si no se hubiera encallado de nuevo la pistola que fija las tuercas en el cambio de ruedas, no habría perdido 25 segundos y, por tanto, habría podido mantener al menos la octava posición. Tuvo que luchar por la décima y la perdió ante Hulkenberg, que iba con neumáticos nuevos. Pero todo eso le da experiencia para seguir consolidándose como el piloto de futuro de Red Bull.

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