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BRASIL | Laboratorio de ideas | Breakinviews.com

Lecciones chilenas

Brasil está mucho más lejos de Chile de lo que la geografía da a entender. Los dos candidatos a la presidencia en las reñidas elecciones que celebrará el 31 de octubre la economía más grande de Latinoamérica tienen unos programas caros de gasto público que parecen contraproducentes y que, por desgracia, parecen hacer caso omiso de las útiles lecciones de su exitoso vecino del oeste.

La economía de Brasil ya está en la cuerda floja, sus niveles de gasto público están entre los más altos de Latinoamérica y su deuda exterior sigue siendo preocupante. Chile, con un gasto público mucho menor, una política fiscal anticíclica, poca deuda y un gran fondo de estabilización, es un ejemplo mucho mejor para sus homólogos latinoamericanos.

Dilma Rousseff, cuya ventaja en los sondeos de opinión se tambalea, dice que quiere reducir la deuda neta de Brasil desde el actual 42% hasta el 30% del PIB. Pero es partidaria de un mayor control estatal de la economía. También ha sacado provecho electoral de la manía de gastar de la actual Administración, solo un poco a través del presupuesto pero enormemente a través de inversiones por parte de empresas de propiedad estatal y préstamos del BNDES, el banco de desarrollo.

Su adversario, José Serra, no es mucho mejor. Ha propuesto una subida del 15% del salario mínimo que, según el sistema de Brasil, afectaría a los salarios del sector público en general, y se calcula que sumaría 24.000 millones de reales (14.000 millones de dólares) a los gastos anuales actuales.

Como Brasil, Chile se ve muy beneficiado por la subida de precios de sus materias primas. Sin embargo, Chile ha tenido un fondo de estabilización del cobre desde 1985 y, cuando sus precios subieron en 2006, con un Gobierno de centro-izquierda, se aprobó una Ley de Responsabilidad Fiscal que ordenaba realizar pagos al fondo. Por tanto, su deuda exterior es pequeña y ha sido capaz de financiar la recuperación del terremoto de febrero con unos préstamos adicionales reducidos.

Aunque el principal productor de cobre de Chile es de propiedad estatal, los servicios y otras empresas mineras y agrícolas son privados, y el gasto público es solo del 19% del PIB, frente al 41% de Brasil. En consecuencia, el rápido crecimiento actual de Chile es más equilibrado y tiene una balanza de pagos con superávit, frente al déficit de Brasil.

Brasil y Chile, con oportunidades y problemas similares, han seguido en las últimas décadas caminos muy distintos hacia el desarrollo económico. Ambos han logrado importantes avances a la hora de mejorar la calidad de vida de sus habitantes, pero el modelo chileno está construido para resistir incluso cuando los caprichos de quienes manejan el capital flotante decidan cambiar de destino.

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