PSE y PP chocan por las políticas activas y el recorte a los pensionistas
El PNV afirma en el Parlamento que quiere "un sistema propio de pensiones"
Dos elementos relacionados con el pacto sellado entre PSOE y PNV en el Congreso hace una semana protagonizaron ayer los dos principales desencuentros entre los dos socios del Gobierno vasco en el pleno del Parlamento. El primero fue el traspaso de las políticas activas de empleo, que el PP pretendió, sin éxito, que la Cámara instara al Gobierno a "renegociar" en aspectos que pudieran afectar a la caja única de la Seguridad Social o perjudicar, en términos de recursos económicos, a la comunidad autónoma. El PP se encontró con el resto de la Cámara en contra y la cuestión quedó solventada con la aprobación de la enmienda del PSE, gracias a la abstención del PNV, pidiendo que el Gobierno asegure la competencia para el 1 de enero y que ésta se haga sin romper la caja única de la Seguridad Social y de acuerdo con el sistema de Concierto.
Pastor acusó al PNV de tener "miedo escénico" por su pacto con Zapatero
La Cámara rechazó pedir a López que "renegocie" las políticas de empleo
El portavoz popular, Antón Damborenea, afirmó que la negociación se ha hecho mal. Criticó que no se hayan dado a conocer los datos exactos y reiteró las dudas de su partido sobre el balance económico que vaya a ofrecer para la comunidad autónoma el traspaso de las bonificaciones en las cuotas empresariales a la Seguridad Social por contratos incentivados. No sólo el PSE, a través de Bixen Itxaso, sino también el PNV, en palabras de su portavoz, Ricardo Gatzagaetxebarria, negaron cualquier factor de ruptura de la unidad de caja de la Seguridad Social, a la que también aludía la propuesta popular. La reiteración de argumentos la rompió mínimamente Aralar, al salirse del carril en el que se mantienen los principales protagonistas. La transferencia, sea cual sea su balance económico, tiene una carencia de origen por la que el grupo abertzale la cuestiona: que no permitirá al Gobierno autónomo plasmar en normas legales sus propias políticas, sino que tendrá que limitarse a gestionar las que dicta el Ejecutivo central.
El segundo motivo de enfrentamiento entre el partido del Gobierno y su socio preferente fue otra iniciativa del PP, igualmente derrotada, contra la congelación de las pensiones recogida en los presupuestos de 2011. El PP perseguía con ella poner en evidencia no sólo a los socialistas, sino al PNV, que tras oponerse teóricamente a la medida, termina por darle su aval a través de su voto favorable a los Presupuestos Generales del Estado que la contienen. El PNV trató de escapar a ese debate, que le incomoda notablemente, con una enmienda sin mucho que ver con la concreción de lo planteado por el PP y que quiso derivar la discusión hacia un territorio más confortable: el de su reivindicación para que se traspase a Euskadi el régimen económico de la Seguridad Social, de modo que la gestión del sistema de pensiones la realice la administración autónoma. Es una de las materias que quedaron sin amarrar en el pacto PSOE-PNV, pero con el compromiso de explorarlas.
La parlamentaria peneuvista Eider Mendoza fue bastante más lejos de lo que consta escrito en el acuerdo de su partido para respaldar los presupuestos de Zapatero: "Pedimos un sistema propio de pensiones", proclamó, algo, a su juicio, amparado por el Estatuto. El portavoz socialista, José Antonio Pastor, le negó justamente la mayor: en ninguna parte del texto de Gernika está escrita tal cosa, sostuvo, al tiempo que pidió a la parlamentaria peneuvista que se abstenga de hacer "trampas" con él y le recordó el contenido exacto de sus previsiones en materia de Seguridad Social: las del artículo 18.2.b -desarrollo legislativo y ejecución de la legislación básica del Estado, salvo las normas que configuran el régimen económico de la misma, y la gestión de este último- acotadas por la preservación de su carácter "unitario" y por el "respeto al principio de solidaridad". Pastor interpretó que al PNV le incomoda en Euskadi el apoyo prestado en Madrid a Zapatero, que incluye el respaldo a recortes como la congelación de las pensiones, y sugirió que padece "miedo escénico ante su propia gente" y una necesidad de "hacerse perdonar por su reciente conversión estatutaria, la que ha posibilitado ese acuerdo con el Gobierno de España", añadió.
En su defensa frente al popular Antón Damborenea, el portavoz socialista sacó a la tribuna una batería de declaraciones de responsables del PP reprochando a Zapatero el aumento de las pensiones en los años pasados. "Un poquito de coherencia", pidió Pastor, que acusó al PP de ser "incapaz de presentar a la sociedad española un proyecto alternativo"; "porque no lo tienen, o porque resulta inconfesable", añadió. Damborenea le desmintió: el proyecto del PP consiste en "no robar a los pensionistas", según dijo.
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