En juego, el liderato y algo más
El Barça, condicionado por las lesiones y las secuelas de la asamblea de socios, negocia su futuro a corto plazo ante el Copenhague, invicto en el torneo
El pasado 26 de agosto, cuando se sorteó la Liga de Campeones, el Copenhague se presentaba como el rival más sencillo del Barcelona. Hoy, el campeón danés es el líder tras ganar al Rubin en casa y al Panathinaikos en Grecia, dos victorias tan respetables como su trayectoria en su Liga: ha ganado 32 puntos de 36 y saca 12 a su máximo rival, al que en el último partido metió cinco goles. "Mejor", respondió Messi cuando se le requirió por el adversario de hoy; "así estaremos más atentos".
Al Barça le van mejor los grandes adversarios -Atlético, Athletic y Valencia- que los aparentemente pequeños -Hércules y Mallorca-, así que bienvenido sea el Copenhague al Camp Nou como el mejor equipo del grupo. "Es muy peligroso por físico y organizado. Habrá que ir con cuidado y prepararse bien", anunció Guardiola; "después de la Supercopa, ya ganada, el partido contra los daneses es el más importante del año porque marcará el futuro de la competición".
No solo está en juego el liderato, sino que se negocia también el futuro a corto plazo. La victoria significa afrontar el invierno con calefacción y la derrota penaliza mucho. El triunfo sobre el Valencia revitalizó al Barça como equipo y, en contrapartida, subrayó el momento delicado de ciertas individualidades. Villa no ve la portería y Messi estuvo ausente: "Me fue mal en lo personal. Quizá me pudo el cansancio. Estoy bien".
Hay un problema añadido, el de las lesiones: Gaby Milito es baja y la participación de Puyol, dudosa, circunstancia que puede llevar a Abidal a la titularidad, mientras que tampoco es segura la presencia de Xavi, muy castigado en los tendones, necesitado de descanso. "Xavi es muy importante", resaltó Messi, "por cómo nos hace jugar". Guardiola asintió que no aseguraba la formación de Iniesta: "Es compatible que Xavi y él descansen a la vez".
Hay que preguntarse hasta qué punto puede afectar al equipo la situación del club después de la asamblea del pasado sábado y del contencioso abierto entre el presidente, Sandro Rosell, y su antecesor, Joan Laporta. "De eso me encargo yo. Que la gente esté tranquila porque no repercutirá en los jugadores", respondió Guardiola. "Ahora sopla el viento y hay que esperar a que pase cuanto antes", añadió; "esperemos que las dos partes pongan su mejor voluntad para bien del club. ¡Es lo que hay! Y lo aceptamos porque el Barça es un club muy guapo, activo, vivo, el más plural del mundo. Hay que convivir con esas cosas. Tenemos que ser muy fuertes en el vestuario".
Y, para acabar, convenía saber qué piensa el técnico sobre las declaraciones de Ibrahimovic a este periódico. "Yo no me represento solo a mí mismo. No puedo responder. Soy el entrenador del Barcelona".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.