La patronal vota por la continuidad
Los empresarios revalidan a Juan Rosell al frente de Fomento con el 67% de los votos - El presidente sale reforzado para aspirar al mando en la CEOE
El final del proceso electoral en la patronal catalana Fomento del Trabajo, el primero desde su refundación en 1977, no se apartó del guión previsto. El actual presidente, Juan Rosell, ganó de forma abrumadora a su rival, el consejero delegado de Irestal Joaquim Boixareu. Tras 15 años al frente de la organización, Rosell logró el 67% de los votos y salió reforzado para dar un paso adelante hacia la presidencia de la patronal española CEOE, cuyo proceso renovador se prevé que arranque en la junta directiva de mañana.
"Los resultados eran lógicos y esperables". Así de confiado se mostró Rosell tras conocer los resultados de las elecciones, que se decidieron en apenas una hora y media. Fue el tiempo que los electores necesitaron para rellenar las complejas papeletas en las que debían elegir primero la junta directiva y luego el presidente. Tampoco fue necesario mucho tiempo para saber quién tomaría las riendas de la patronal. A las ocho de la tarde, Rosell ya sabía que había cosechado 1.760 votos, frente a los 866 de su rival. Solo hubo un voto en blanco. Otra cosa son los resultados de la junta, que al cierre de esta edición todavía no se conocían dada la complejidad de este proceso.
Rosell no hizo referencia en su discurso al proceso que se abre en la CEOE. Si acaso le hizo un pequeño guiño cuando aseguró que los sindicatos atraviesan un mal momento y "deben renovarse", y acto seguido añadió que lo mismo deben aplicarse las patronales.
Su parlamento, en cambio, estuvo plagado de referencias a Boixareu, que lideraba la alternativa Foment Futur arropado por empresarios como Antoni Zabalza (Ercros), Carles Sumarroca (Comsa Emte) y Antoni Marsal (presidente de la Unión Patronal Metalúrgica). Rosell les lanzó más de una pulla. "Me hubiera gustado que se hubieran dado algunas declaraciones", espetó en el arranque de su discurso. "Fomento es la casa de todos. Han de gobernar las amplias mayorías, no las minorías por importantes que sean. Pero aquí ha tenido, tiene y tendrá voz todo el mundo", prosiguió.
El presidente también invitó a la candidatura rival a integrarse en los órganos de gobierno y asesores, formados por más de 200 personas. "Quien quiere participa y puede trabajar. Todas las opiniones serán escuchadas", remachó. Boixareu salió de la patronal hacia su cuartel general de la candidatura, el hotel Colón, molesto con el discurso. "Es un éxito de la democracia", aseguró ya en la calle, antes de cruzar la Via Laietana, en referencia a la participación registrada, del 87%. Y agregó que su candidatura había servido de revulsivo para cambiar "cosas adormecidas". "Afortunadamente, Fomento no será igual tras este proceso", sostuvo.
Aun así, Rosell no dejó pasar la oportunidad de volverse a presentar como garante de la renovación al recordar que fue él quien, tras la precipitada muerte de Antoni Algueró a los tres meses de asumir la presidencia, se hizo cargo de la modernización de la organización. "Yo estaba a su lado y luego seguimos con ese proceso", aseguró. El lema de Rosell, de hecho, era Renovació amb seny. Aparte de eso, el presidente de la patronal afirmó que la organización no debe apartarse ni un ápice de su "independencia" frente al Gobierno, "sea del color que sea". Sin embargo, se ofreció a seguir colaborando con la Administración y a llegar a acuerdos con los sindicatos.Además de la independencia frente a los políticos -Rosell siempre ha mantenido buenas relaciones tanto con gobiernos de CiU como con los dos tripartitos-, el reelegido presidente de Fomento reclamó "por encima de todo" la "unidad empresarial". "No es fácil, hay intereses cruzados, pero aquí estamos todos", sostuvo frente a los empresarios, a quienes insistió en la necesidad de influir. "Debemos hacerlo en el Parlamento, en el Congreso y en Bruselas, donde se hacen las leyes", ilustró. Y de esta normativa destacó las reformas que, advirtió, todavía deben seguir para sacar a la economía "de la situación actual".
A preguntas de los periodistas, Rosell aseguró que no descarta presentarse a la CEOE, pero afirmó que lo deja en manos de la junta directiva que salga de estas elecciones. "Primero debemos tener nuestro debate interno y ver lo que nos conviene, porque son ellos
[la junta directiva catalana] los responsables de incitarme o no a una aventura", afirmó. Rosell, que tras las elecciones viajaba a Madrid para acudir a la junta de la CEOE, recordó en su discurso que fue el empresario barcelonés Carlos Ferrer-Salat quien fundó la patronal española extendiendo el modelo catalán.
En realidad, el de ayer era el único trámite que le faltaba a Rosell antes de decidir si se presenta o no para tomar las riendas de la CEOE, puesto que muchos empresarios ya habían decidido apoyar su eventual candidatura para sustituir a Gerardo Díaz-Ferrán. Lo hizo públicamente el presidente de la patronal de las pymes Cecot, Antoni Abad, el pasado viernes e incluso su contrincante en estos comicios, Joaquim Boixareu.
Precisamente, el punto de inflexión en estas elecciones se dio cuando Abad decidió apostar por Rosell. Su apoyo sorprendió porque fue uno de los que al principio arroparon a Boixareu para luchar por la presidencia. Sin embargo, Abad acordó con Rosell renovar Fomento el día siguiente de las elecciones y poner en marcha la modernización de la CEOE. A partir de entonces, el presidente de las pymes consideró que la prioridad era la "unidad empresarial".
A pesar de que al cierre de esta edición no se conocían todavía los resultados de las elecciones para renovar la junta directiva de Fomento, Rosell vaticinó que estos serán parecidos a los de las votaciones para elegir al presidente. Este órgano tiene 76 miembros. Rosell presentó candidatura para todos sus puestos, mientras que Boixareu lo hizo para 20 de ellos.
El lunes que viene, según Rosell, la junta directiva se reunirá para abordar la situación económica y varios asuntos que les conciernen. Rosell también avanzó que la nueva estructura tendrá al menos cuatro vicepresidencias más, es decir, un mínimo de 10 en lugar de las seis actuales. Estas serán ocupadas por los líderes de las cuatro organizaciones provinciales.
Los resultados van en línea con los avales presentados, cuando Rosell logró 204, de los cuales 97 correspondían a organizaciones y 107 a empresas individuales. Boixareu, que preside Irestal -cuya matriz tiene domicilio social en Dinamarca-, contaba con 60 avales, arropado por las organizaciones del textil, las artes gráficas, la industria química y la del metal.
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