Al Atlético le basta con Simão

Debilitado por los problemas físicos de Agüero y las señales intermitentes que transmite Forlán, el Atlético apeló al espíritu de Arteche y a la disciplina de Quique Flores para sobreponerse a las fatigas de su dúo dinámico y resolver sin muchas complicaciones la visita del Getafe. Apurado en la Liga, en la que la puja por la Champions penaliza los despistes, el cuadro rojiblanco salió airoso en el Día de las Peñas, que se marcharon a casa satisfechas por el marcador, pero inquietas por las dificultades del equipo para encarar la portería. El experimento que planteó el entrenador durante buena parte del encuentro, con Diego Costa de único punta, no cuajó, sobre todo en una primera parte plomiza que dejó un Atlético sin fisuras pero sin pólvora frente a un Getafe donde la sombra de Soldado acosa a Colunga.

Salvo algunos trazos de Pedro Ríos y Manu del Moral por las bandas, el conjunto de Míchel se mostró muy lejos de la imagen atractiva y divertida que el Getafe se ha ganado desde su debut en Primera hace seis años. La propuesta del cuadro azulón partió del contragolpe, con Víctor Sánchez y Boateng escudando la espalda de Parejo a la espera de algún chispazo de su genio. El resultado fue un Atlético dominante, potables Tiago y Fran Mérida con el balón, pero falto de profundidad y sin una pizca de gracia, incapaz de abrir la última línea del Getafe con Cata Díaz de baluarte. Desaparecidos los delanteros y sin brillo los volantes, el partido era un pelmazo de no ser por los intentos lejanos de Manu del Moral, un despeje de Codina que chocó en Reyes y no entró por un palmo y los zarpazos desde fuera del área de Simão.

Cegado Diego Costa hasta que vio a Forlán a su lado, el extremo portugués enchufó al Atlético a balón parado, de la única forma que parecía posible. Manu del Moral y Parejo se abrieron en la barrera como las aguas del mar Rojo, la pelota tropezó en el poste izquierdo y se coló tras rebotar en la espalda de Codina. El golpe franco de Simão, su tercera diana en el campeonato, fue un mazazo para el Getafe, que se desinfló por más que Míchel tratara de evitarlo metiendo a Casquero y recolocando a Víctor Sánchez en el carril derecho tras el descanso. El técnico rearmó a su equipo con Rafa por el otro costado, pero el Getafe no dio réplica al Atlético por su incapacidad para alborotar la tarde a De Gea, sin trabajo por primera vez en mucho tiempo.

Justo al revés que el Atlético, que se creció con el paso de los minutos, combinó más y mejor y explotó la salida de Forlán con el segundo gol. La entrada del charrúa desarboló a la zaga getafense, que había anudado a Diego Costa hasta ese momento. Con dos puntas en el tapete, el Getafe perdió las referencias anteriores mientras el Atlético se reconocía y cerraba la fiesta. Reyes se inventó un gran pase a Valera, que dejó el balón atrás a Diego Costa para que remachara a placer. Forlán, atento, les seguía de cerca.