El PSOE remueve al delegado del Gobierno para promocionar a Espadas
García Garrido deja su escaño en el Senado para sustituir a López Garzón
Cuando los políticos juegan al billar no lo hacen con bolas, sino con los cargos. En un pum-pum, ponen y quitan, quitan y ponen. El PSOE se dispone a ejecutar una de estas jugadas: ha propuesto destituir al delegado del Gobierno central en Andalucía, Juan José López Garzón, para poner en su lugar al gaditano Luis García Garrido, quien, a su vez, dejará su cargo de senador por la comunidad autónoma al candidato socialista a la alcaldía de Sevilla, Juan Espadas. Dar cobertura institucional a Espadas es el objetivo final de esta jugada a tres bandas que, entre otras cosas, pone de relieve la importancia que le concede el PSOE andaluz y federal a conservar la alcaldía de Sevilla en las próximas elecciones municipales, su principal preocupación.
El Consejo de Ministros aprobará hoy la destitución de López Garzón
Espadas no tiene ningún cargo institucional. Dejó la Consejería de Vivienda para dedicarse de lleno a la candidatura por deseo expreso del presidente andaluz, José Antonio Griñán, que eliminó esa consejería.
Pero en el tiempo que lleva de precampaña han ganado los que creen que necesita de un pedestal o de una credencial (remunerada por el Senado) que le garantice la presencia en determinados actos.
El nombramiento de García Garrido como nuevo delegado del Gobierno en Andalucía será aprobado hoy por el Consejo de Ministros. La decisión cuenta con el visto bueno de la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, y del vicepresidente tercero, Manuel Chaves, quienes comparten esta competencia al alimón. Desde el Gobierno central se resaltó ayer la idoneidad de García Garrido para el cargo y consideraron "normal" el relevo tras casi siete años de gestión de López Garzón, a quien no se le ha buscado ningún sitio y muy probablemente regresará a su cátedra en la Universidad.
También desde el Gobierno andaluz y del PSOE pusieron el acento en las virtudes del futuro delegado. García Garrido lleva media vida política en la Junta como viceconsejero, saltó temporalmente como consejero en sustitución de Concha Gutiérrez, recaló en el Senado, volvió a ser consejero de Obras Públicas cuando Mar Moreno dejó este departamento para ocupar la secretaría de Política Autonómica del PSOE, y finalmente regresó a la Cámara Alta cuando Rosa Aguilar se hizo cargo de Obras Públicas.
Pero el trajín de sillones que ha provocado el PSOE se debe sobre todo a la necesidad de buscar ropaje institucional a Espadas. "Queremos distinguirlo", dijo una fuente, que consideró "normal" que se muevan estas fichas porque "todos los partidos lo hacen". Los socialistas tenían claro que su candidato a la alcaldía de Sevilla no debía ocupar un área de gestión y desde hace tiempo venían barajando un escaño en el Senado. Su rival en el PP, Juan Ignacio Zoido, es diputado autonómico.
El problema que planteaba este movimiento es que el PSOE debía cambiar a uno de los tres senadores varones elegidos en representación por la comunidad autónoma, ya que las dos senadoras quedaban fuera de este descarte para respetar las normas internas de paridad.
Como en otras ocasiones, el nombre de la ficha que se ha movido es el de García Garrido, aunque esta operación se ha podido hacer porque se le ha buscado otro destino político, con el visto bueno de Chaves. El quitarlo sin más hubiera provocado otro rasguño, y gordo, con la agrupación del PSOE de Cádiz, que aún no ha encontrado su hueco en la dirección regional tras el congreso en el que Griñán fue elegido secretario general.
En los planes de los socialistas nunca ha entrado la posibilidad de que el secretario general del PSOE de Sevilla, José Antonio Viera, cediera su acta de senador a Espadas, aunque tiene toda la lógica provincial, al ser ambos de la agrupación de Sevilla. Viera es mucho Viera porque el PSOE de Sevilla es mucho PSOE. Y tampoco cuajó la permuta de asientos con el acta que tiene Francisco Vallejo, quien fue elegido senador cuando dejó la Consejería de Innovación. En el PSOE es normal que los que dejan de ser miembros del Gobierno no se queden como diputados rasos, sino que pasen al Senado o bien presidan comisiones parlamentarias.
Vallejo, no obstante, no tiene garantizado su escaño de senador por mucho tiempo. El PSOE andaluz quiere que su vicesecretario general, Rafael Velasco, tome asiento en la Cámara Alta, algo que, según varias fuentes, "tiene toda la lógica política". Así ocurrió durante años cuando el número dos del partido era Luis Pizarro. Este cambio aún está pendiente, porque no hay cerrada otra salida para Vallejo. Hace meses, los socialistas barajaron situar al también diputado autonómico por Jaén al frente de la presidencia del Banco Europeo de Finanzas (BEF). De hecho, este organismo formado por las cajas andaluzas cambió sus estatutos para que el puesto fuera remunerado y además pudiera ocuparlo alguien sin vinculación directa con alguna de las entidades financieras. El cambio de Estatutos del BEF duerme en un cajón, ya que no se elevó ni al Ministerio de Economía ni al Banco de España como es preceptivo y por lo tanto, no están en vigor.
Protagonistas
- Luis García Garrido. El próximo delegado del Gobierno ocupó tres direcciones generales de la Junta, fue viceconsejero de Obras Públicas ocho años y consejero.
- Juan Espadas El candidato socialista a la alcaldía de Sevilla fue nombrado consejero de Vivienda en 2008, cargo que dejó en marzo de 2010. Ahora será senador.
- Juan José López Garzón. Catedrático de Matemáticas, ha sido delegado del Gobierno durante seis años. Ya ocupó ese puesto durante cinco meses en el último mandato de Felipe González.
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