"Del hotel al trabajo y nada más"

Le sorprendió, "menos el calor", ("estamos en verano"), casi todo lo demás. Los campos de juego, las condiciones globales, una epidemia de cólera antes del partido contra Congo (1-1), y el nuevo Camerún "sin todos aquellos que le hicieron tan grande en el fútbol mundial". Le sorprendieron muchas cosas. "Pero, cuando digo que sí, no hay marcha atrás. Mi obligación, ahora, es conseguir la clasificación para la Copa de África y, al mismo tiempo, renovar la selección de Camerún", afirma.

A Javier Clemente hace mucho tiempo que los retos no le intimidan. Hace mucho tiempo que decidió que lo importante es el camino y no el destino. Entrenó a Serbia, estuvo a punto de ser seleccionador de Ucrania o de Irán y es el actual seleccionador de Camerún, que probablemente no será su último destino. A sus 60 años, el reto le anima, aunque el empate con Congo le haya afeado el debut en el país tras ganar en Islas Mauricio (1-3), "una selección de aficionados, es verdad".

"Las malas condiciones en que juegan son naturales para ellos"

Su hijo Xabier, autorizado por el Athletic, ejerce de preparador físico

Volverá en marzo para afrontar los partidos contra Senegal, su gran rival en el grupo para conseguir la única plaza que da acceso a la Copa de África. "Allí", entonces como ahora, "viviré en el hotel y trabajaré en el campo de fútbol, nada más". Poco más conoce de Camerún y seguramente poco más conocerá más allá de las personas y de la sociología futbolística del país: "El público es terriblemente fanático de su selección. Su cultura futbolística es muy francesa, pero eso no influye en el fútbol en cuanto a los estilos. Ahora, todo el mundo quiere jugar como España porque es la campeona, pero antes todo el mundo quería jugar como otras selecciones que eran las campeonas", matiza. "Lo mejor es que los hinchas son muy animadores y muy forofos de su equipo. Eso es lo que hay que aprovechar, porque las malas condiciones en las que desarrollan el fútbol son para ellos naturales, incluso para los que juegan en Europa, que no se sorprenden cuando vuelven allí ni extrañan las malas condiciones", explica.

Uno de ellos es Samuel Eto'o, "el gran líder del fútbol africano", no solo de Camerún. Un tipo con muchísima personalidad, es decir, un problema para Javier Clemente, que ha sufrido, según dicta la historia, muchos encontronazos con las estrellas de sus muchas plantillas.

"Eto'o es la gran figura, un tipo singular, una estrella y no hay ningún problema con él", asegura, sin embargo, el técnico vasco, que esquiva cualquier debate con la prensa, algo que le persigue inevitablemente. "Yo nunca he tenido ningún problema con la prensa", asegura; "solo lo he tenido con los que mienten, en Europa o donde sea", aunque el forofismo que realza de los aficionados cameruneses puede convertirse en energía negativa si Los Leones Indomables no consiguen el objetivo.

"Ahora mismo, el número uno de África es Costa de Marfil y nosotros vamos a tener un hueso duro de roer con Senegal, otra selección con experiencia internacional", advierte.

Clemente insiste en que su principal trabajo es rejuvenecer la selección camerunesa con chicos que están jugando en Ligas un tanto lejanas en el escaparate como Rusia o Turquía, y a los que hay que seguir en busca de savia nueva. Ese es su trabajo, junto a los ex futbolistas Songo'o y Oman Biyik, sus ayudantes, y su hijo Xabier, como preparador físico autorizado por el Athletic. "Le va a venir bien", dice su padre.

Clemente regresará en marzo para enfrentarse a Senegal. Y quizás para jugársela en su penúltimo reto. El último desafío del entrenador, aventurero audaz todavía a los 60, es desconocido incluso para él.