Cómo fabricarse un trabajo
El paro o las oposiciones no son las únicas alternativas. Se puede emprender
Una cosa es ser empresario y otra un empresario con éxito. En julio se crearon en España 6.683 sociedades mercantiles. 1.185 se disolvieron en esos mismos 31 días. El 41% de emprendedores de proyectos que dan sus primeros pasos tienen entre 25 y 34 años. Con la tasa de paro en esa franja de edad en un escalofriante 22%, han decidido fabricar su puesto de trabajo. ¿Qué hay que hacer? Ocho pistas para tirarse a la piscina.
- ¿Seguro que quieres emprender? "Todo el mundo puede crear una empresa. El resultado, eso sí, no será el mismo para todos: hay quien toca el violín correctamente y quien es un virtuoso", explica Jordi Vinaixa, director del Instituto de Iniciativa Emprendedora de ESADE. Ser empresario, recuerda el profesor del IESE Alberto Fernández Terricabras, no significa hacerse rico.
- Detectar una necesidad o tener una idea propia. Lo primero, coinciden ambos expertos, es buscar una idea por la que la gente esté dispuesta a pagar. "¿Qué dice la gente que necesita? ¿Qué recibe pero le deja insatisfecho?", plantea Vinaixa.
- Lo que hay que tener. El emprendedor debe tener, dice Terricabras, dotes de liderazgo, ser ambicioso y cabezón: "Es más que probable que otros estén pensando en proyectos similares. Hay que trabajar mejor, pero también más". Cursos y charlas enseñan cómo luchar contra la burocracia. Casi todas las comunidades autónomas las dan gratis, igual que cámaras de comercio y asociaciones.
- Plan de negocio y necesidades financieras. ¿Qué público tendrá? ¿Cuánto dinero hará falta? Hay que ser realista. Un buen plan será la clave para convencer a quienes prestan dinero.
- Socios. Ni amigos ni familiares si no son las personas adecuadas. "Cada uno debe tener una función. Debe ser imprescindible. Si no, cuando llegan las tensiones, será duro", aconseja Vinaixa.
- Dinero. Los bancos lo ponen difícil. Entre los 25 y los 35 años es raro tener patrimonio con el que lograr préstamos. Las alternativas: subvenciones, premios a emprendedores, sesiones de inversores de capital riesgo o hasta la fórmula FFF: Family, friends and fools (familia, amigos y locos).
- Lanzarse y recalcular. "No se puede estar mareando una idea", advierte Vinaixa. A caminar, se aprende andando. "El plan de negocio no se cumplirá al 100%. Surgirán imprevistos... Es importante la capacidad de aprender y reaccionar", apunta Fernández.
- ¿Tirar la toalla? La mayoría de emprendedores tuvieron algunos fracasos, pero es difícil saber cuándo abandonar. Para Vinaixa hay un indicio claro: "Si se te acaba el dinero y nadie está dispuesto a poner un euro más"
JORGE SIERRA. Periodista y empresario
"Estuve dos años por debajo del mileurismo"
Cuando Jorge Sierra acabó la carrera de periodista pensaba trabajar en un periódico. Pero después de ser becario, descubrió que no era como soñaba. "Vi que en Estados Unidos había una web de baloncesto femenino. Y los que la llevaban vivían de ella. ¿Por qué no iba a poder yo hacer algo parecido?". Tras trabajar en proyectos de otros, creó su página sobre la NBA: HoopsHype. En inglés, a pesar de que sigue viviendo en Madrid. No fue el primero, admite. "Pero debe ser que no lo hice mal", razona. Buscó compañeros de aventura y empezó a dedicarle todo su tiempo. "Primero esperaba que me diera para vivir. Luego vi que podía ser más ambicioso. Pero estuve dos años por debajo del mileurismo". Dio fruto. En 2007, HoopsHype era una de las web de baloncesto más visitadas del mundo. La compañía estadounidense FSV se la compró por una cifra muy abultada, que no confiesa. Hoy sigue en la web, aunque no es el dueño. "Disfruto de más calidad de vida". Pero a medio plazo volveré a emprender", explica. En España, dice, falta espíritu . "Entre mis amigos, los que mejor estamos, aunque nos costó, somos los que nos lo hemos montado por nuestra cuenta", apunta.
INÉS PIQUERAS. Artista y su propia jefa
"Tener mi negocio me permite seguir creando"
Inés Piqueras nunca olvidará el día que le dijeron su nota de selectividad. Un 9,5. "Un profesor me preguntó qué iba a estudiar. Cuando le dije que Bellas Artes, me dijo que era una pena que tirara a la basura mi nota", recuerda ahora, con 33 años. Es artista. Grabadora y artesana de joyas. Y desde junio, empresaria.
Estudió su carrera. Se marchó a Grecia. Allí pasó ocho años. Aprendió griego, se doctoró y hasta representó a España en el Festival de Grabado Internacional. Con la crisis asfixiando al país heleno, volvió a España. "Aterricé en casa de mis padres. En Requena (Valencia)". Se temía lo peor. Pero reaccionó. Gracias a una amiga en Grecia hace años empezó a trabajar con plata. Sus joyas, basadas en elementos de la naturaleza, se hicieron muy populares entre amigos y conocidos. Cuando llegó a España empezó a venderlas en ferias medievales. Hace cuatro meses se decidió a abrir una pequeña tienda en Requena. Vende sus joyas y sus grabados. "Me va bien". Lo confiesa orgullosa, pero con miedo. Por si acaso, mantiene otros frentes abiertos: da clases en una escuela de arte y tantea una exposición colectiva en Berlín. "Lo mejor de tener mi negocio es que me permite seguir creando", cuenta en su minúsculo taller, en el sótano. "Me considero muy afortunada", zanja.
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