Un territorio ideal y mucha contorsión de los datos
El jefe del Consell oculta la gravedad de la situación económica valenciana
Oyendo al presidente de la Generalitat, Francisco Camps, analizar ayer la situación económica costaba reconocer la situación real que se vive ahí fuera. La de un territorio que ocupa el podio de la caída del PIB (-4,3% en 2009) y el aumento del desempleo (23,8%). En el que los antiguos motores del crecimiento (industrias tradicionales, construcción y turismo) emiten señales más o menos graves sin que se divisen relevos. Camps combinó una lectura optimista de la realidad con una utilización incompleta de los datos para que encajasen en el discurso.
¿Un ejemplo? "En el periodo de nuestra gestión hemos crecido por encima de la media nacional y europea", declaró el presidente. La realidad es que desde su llegada al cargo, la economía valenciana nunca ha conseguido crecer más que la española: lo hizo por debajo en 2003, 2004, 2005, 2007, 2008 y 2009. En 2006 igualó la tasa.
Camps afirmó que desde que el Partido Popular está en el poder, el Producto Interior Bruto (PIB) per cápita ha pasado del 87% al 95,3% de la media europea. El dato oculta que en ese periodo la UE se amplió hacia el Este (lo que provocó una caída de la media per cápita). Y que en 1995, cuando el PP ganó la Generalitat, el PIB per cápita valenciano representaba el 95,2% de la media española. En 2002 alcanzaba el 95,7%. Y en 2009, en cambio, había retrocedido al 88,5%.
A pesar de presentar una tasa de paro que sólo superan Andalucía y Canarias (y que se encuentra, por citar un caso, ocho puntos por encima de la de Galicia), Camps centró una parte importante de su turno inicial en hablar de empleo. El tiempo dedicado no se vio acompañado, sin embargo, de medidas concretas y sí de bastantes generalidades. Por ejemplo: "Haremos más eficaces las políticas activas de empleo, poniendo en marcha procesos de mejora, aumentando la coordinación con otras actuaciones del Consell y concentrando las políticas en los colectivos con mayores dificultades de inserción laboral".
El presidente destacó la movilización de recursos públicos ante la escalada del paro. La realidad es que en los presupuestos de la Generalitat de 2010 su aportación al Servef se redujo en 1,6 millones.
El jefe del Consell habló de industria. Pero no parecía ser la valenciana. "Tenemos una industria que ha sido motor de nuestro crecimiento, basada en la diversidad, la innovación, la competitividad y con una clara vocación exportadora", dijo. Lo cierto es que en la última década la contribución al PIB de la industria autonómica ha sido más veces negativa que positiva, incluso antes de que empezara la recesión. Con esta, los subsectores que habían funcionado bien (los vinculados a la construcción) se derrumbaron. La crisis ha eliminado un tercio de los empleos de la industria.
Desplegó datos dispersos sobre innovación. Pero olvidó el marco general, que indica que en 2003 el gasto en I+D español representaba el 1,05% del PIB y el valenciano, el 0,83%. Cinco años después, el español alcanzaba el 1,35% y el valenciano, el 1,05. Es decir, el gasto de la comunidad autónoma estaba por detrás y ha crecido menos. Consecuencia: la diferencia con la media española se ha doblado.
Camps hizo hincapié en su plan de agilización de pagos a las empresas. La realidad es que en las últimas semanas la patronal de obra pública ha denunciado que la Generalitat tarda hasta 220 días en pagar. La patronal de proveedores de servicios sanitarios asegura, por su parte, que el retraso se ha disparado hasta los 400 días.
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