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El Gobierno no ve nada nuevo

Luis R. Aizpeolea

El Gobierno no ve ninguna novedad en las declaraciones de dos miembros de ETA al diario Gara (próximo a la izquierda abertzale), en las que explica los pormenores del alto el fuego que decretó el 5 de septiembre. El Ejecutivo mantendrá, por tanto, su política de firme presión policial y política hacia la banda terrorista, a la que exige el cese definitivo e incondicional de las armas.

Para poner más de relieve la intrascendencia de las declaraciones de ETA, el jefe del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en el mitin que ayer protagonizó en Zaragoza, no hizo la más mínima referencia a las mismas. Según fuentes de La Moncloa, la posición de Zapatero es que solo espera de ETA un comunicado con el cese definitivo de las armas. La sensación existente es que ETA sigue sin moverse, pese a la presión de la izquierda abertzale.

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En una línea similar se mantuvo ayer el lehendakari del Gobierno vasco, el socialista Patxi López, quién resaltó que no veía ninguna novedad en las declaraciones de ETA. López destacó que cuando ETA plantea, en la entrevista a Gara, que está dispuesta a "ir más allá que un alto el fuego si se dan las condiciones", ofrece unas propuestas que "no son negociables con una banda terrorista".

ETA, lejos de plantearse el cese unilateral y definitivo de la violencia, propone, en la entrevista, un nuevo proceso con unos "mínimos democráticos" para que sea viable. Por una parte, precisa que los "mínimos democráticos" deben establecer "los derechos civiles y políticos, que se desactiven los castigos añadidos impuestos a los presos políticos vascos y, en general, que se desactive toda situación de presión, injerencia y violencia".

Por otra parte, propone una mesa de partidos. "Hay que activar y articular el proceso de diálogo. Se deben fijar los objetivos del diálogo, el método, la constitución de la mesa de diálogo, las reglas de juego y la temática. ¿Cómo se hace? Eso les corresponde a los agentes políticos y sociales vascos".

En otro momento, ETA aclara que el cese de las armas no será definitivo hasta que "el proceso establezca el procedimiento para dar la palabra a los ciudadanos vascos y que se respete la voluntad popular", esto es, hasta que se reconozca el derecho a la autodeterminación.

Con este planteamiento, ETA regresa al esquema de los procesos de dialogo anteriores -los de 1988, 1998 y 2006- y se aleja de la petición del Gobierno central, el vasco y los partidos, incluida la izquierda abertzale, de un cese unilateral e incondicional de la violencia.

Ayer, el portavoz del PSE en el Parlamento vasco, José Antonio Pastor, dirigió, también, reproches a la izquierda abertzale por no exigir a ETA su "desaparición definitiva". "No llegan a hacerlo todavía y establecen condiciones para la desaparición definitiva que la democracia no tiene por qué asumir".

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