Menos ladrillo y más mundo
El ajuste presupuestario impulsa una profunda diversificación de las constructoras
OHL ha comunicado esta semana a la Comisión Nacional del Mercado de Valores que está estudiando la adquisición de la constructora polaca Hydrobudowa (inversión que podría superar los 120 millones), y Acciona ha informado de la adjudicación de un contrato para la construcción y mantenimiento de un túnel en Australia por importe de 1.100 millones de euros. Ambas operaciones se han hecho públicas días después de que ACS anunciase su intención de lanzar una opa sobre Hochtief, la mayor constructora alemana, mediante canje de acciones y con la intención última de incrementar su participación en ella desde el 30% hasta el 50% y poder así consolidar globalmente en su balance las cuentas del grupo germano. FCC también dio cuenta hace 20 días de que en lo que va de año se han adjudicado en el extranjero contratos por valor de 5.106 millones de euros.
Buscan nuevas filiales y contratos en el exterior para paliar la crisis doméstica
No son operaciones aisladas. La búsqueda en el exterior del negocio que escasea en casa -directamente o a través de filiales-, la diversificación para compensar las actividades que van bien con las que no van tan bien y la venta de activos no estratégicos es la fórmula elegida y puesta en práctica con redoblada intensidad en los últimos meses por los mayores grupos cotizados de construcción para afrontar la tormenta que descarga sobre sus cuentas y el negro panorama que se les avecina.
Tras dos años (2008-2010) en los que la crisis del sector de la construcción en el mercado doméstico se centró sobre todo en la edificación residencial, actividad con un peso limitado en las cuentas de los grupos cotizados, ahora se ha abierto para ellos una etapa mucho más lesiva con el drástico recorte de las inversiones públicas en infraestructuras.
"Creemos que la obra civil descenderá un 4% en 2010 y un 5% en 2011", señalan los analistas de Ahorro Corporación en un reciente informe sobre el sector de la construcción. "El motivo del cambio de tendencia", explican, "es el anunciado recorte de 5.700 millones de euros de inversión pública. Las licitaciones de obra al cierre del primer semestre de este año han bajado un 31% respecto a igual periodo de 2009".
Un panorama que ha obligado a acelerar la salida al exterior de las grandes constructoras, que, a través de sus filiales internacionales, se han hecho ya en lo que va de año con contratos por un valor de unos 15.000 millones.
Así, y entre otras operaciones cerradas este año, FCC obtuvo en mayo la adjudicación de una línea ferroviaria en Argelia por un montante de 935,5 millones. También se ha hecho, a través de su filial austriaca Alpine, con 9 de las 13 últimas adjudicaciones de grandes contratos de construcción en Europa Central y del Este (el más importante, por importe de 1.190 millones, es el relativo a la construcción y gestión de la autopista D1 en Eslovaquia).
Ferrovial también ha acelerado el paso. A través de su constructora polaca Budimex, se ha hecho en mayo y junio con varios contratos (unos 435 millones en conjunto) de infraestructuras en ese mercado. Con su filial Cadagua obtuvo en marzo la construcción y mantenimiento de una planta de agua en India por 435 millones. Y su filial de servicios ha anunciado este mes el cierre de un acuerdo para la compra por 58,7 millones de euros de Donarbon, una empresa britanica especializada en la gestión de residuos en Cambridge. Su operación más importante, sin embargo, la protagonizó a principios de mayo su filial británica
Amey al cerrar con el municipio de Birmingham la financiación del contrato de mantenimiento y gestión de su red de carreteras, valorado en unos 3.100 millones de euros.
Hochtief, en la que ACS tiene el 30% del capital, ha conseguido en lo que va de año proyectos por un importe de más de 6.500 millones de euros. Y la propia ACS, a través de su filial Urbaser, se ha hecho con un contrato de gestión de residuos urbanos en dos condados británicos valorado en unos 2.200 millones de euros. Comparte con FCC la adjudicación de la mencionada autopista D1 en Eslovaquia y se le han adjudicado en los últimos meses varios tramos del ferrocarril de alta velocidad en Portugal y dos tramos de autopistas en Polonia. En América, ACS se ha hecho con un tramo de la Ruta 5 y la planta de tratamiento de aguas de Mapocho en Chile, la canalización del río Puerto Nuevo en Puerto Rico y diversos proyectos de obra civil en EE UU. OHL, entre otros contratos, se ha adjudicado este año su cuarta y quinta autopista en México, con un presupuesto de 843 millones, y en consorcio con terceros, la instalación de una terminal de contenedores en India.
El grupo Sacyr Vallehermoso, que se hizo con la ampliación del Canal de Panamá en 2009 (2.250 millones de euros), ha logrado en los últimos meses, entre otros contratos, varios de obras de urbanización para la ciudad de Benghazi (Libia) por un importe global de unos 300 millones.
Todas han optado, en suma, por la expansión internacional y por la venta de activos para poder llevarla adelante y para reducir sus elevados endeudamientos. Las grandes constructoras han vendido este año, en conjunto, activos por unos 4.000 millones de euros. Este mismo mes, Ferrovial ha cerrado la venta de su filial chilena de infraestructuras por 229 millones, hace unos meses se desprendió de un 50% de los activos inmobiliarios británicos de APP Lyntim por 280 millones y tiene colgado el cartel de "se vende" desde hace meses sobre una participación del 10% en la autopista canadiense 407 TR.
ACS, por su parte, vendió en agosto la filial portuaria y logística de Dragados a un grupo de fondos por 720 millones y un 15,5% del capital de Abertis al fondo CVC por 1.723 millones.
Tras la venta de activos y las renegociaciones de créditos, como las realizadas por Sacyr con su inmobiliaria Vallehermoso o las de Ferrovial con los bonistas de su filial británica de aeropuertos BAA, "no parece que ninguna" de las constructoras "vaya a tener problemas de liquidez", según los analistas de Ahorro Corporación, "ni que vayan a tener grandes dificultades en refinanciar los créditos más importantes que vencen en 2011". Sin embargo, agregan, sí puede empezar a ser "preocupante" en algunas de ellas "la gestión del circulante, fundamentalmente por la mala situación económica de los Ayuntamientos".
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