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Columna
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Vuelta a las viejas recetas

El pasado 30 de abril, en una entrevista a la Cadena Ser, el por entonces flamante coordinador de campaña del PSC, Jaume Collboni, admitía que, tal como estaban las cosas, la participación del presidente Rodríguez Zapatero en la campaña electoral de los socialistas catalanes "no sería lo más prudente del mundo". Cuatro meses después, el 7 de septiembre, el mismo Collboni respondía en El Punt a la pregunta de qué papel tendrá Zapatero en la campaña del PSC: "El que nosotros decidamos y el que él quiera. El secretario general del PSOE siempre ha participado en las campañas del PSC". Pocos días más tarde, el domingo 19, ZP era acogido en la Fiesta de la Rosa de Gavà como el anhelado taumaturgo de cuya labia y de cuyos gestos pende la suerte electoral de Montilla y los suyos, el próximo 28 de noviembre.

Sería un error catastrófico que alguien tratase ahora de disfrazar a Montilla de emperador del Paralelo

La secuencia que acabo de resumir es sólo un ejemplo menor del profundo viraje que ha descrito, a la vuelta de vacaciones, la estrategia del PSC. Seguramente bajo el acoso de los malos augurios demoscópicos, el estado mayor socialista ha decidido arrumbar aquellas actitudes de firmeza e indignación frente a la Moncloa, frente a Ferraz, frente al integrismo constitucional madrileño, aquella retórica desafiante que precedió y siguió a la sentencia contra el Estatuto -por ejemplo, cuando Montilla reprochaba al PSOE "haberse dejado comer la moral por el PP" en materia estatutaria-, y opta por volver a las fórmulas más añejas: a buscar amparo bajo los faldones de ese mismo PSOE y a tratar de ganar las elecciones desde un españolismo apenas maquillado.

Los indicios del viraje se vienen acumulando durante las últimas semanas: en la prisa por alejarse de todo lo que huela a maragallismo, en la caída de la cotización del llamado sector catalanista del partido, en el ruidoso regreso de Celestino Corbacho, en la ruptura de la coalición con Ciutadans pel Canvi... Pero, sobre todo, el cambio de guión es perceptible en el discurso del presidente de la Generalitat y candidato a la reelección. Desde la Diada, José Montilla no ha desaprovechado ninguna alocución de carácter político para alertar sobre las "pulsiones separadoras" y agitar los riesgos de fractura social que -según él- el proyecto independentista encierra, para presentar al PSC como el único valladar frente al secesionismo que quiere romper con España... Este domingo, en el clima mitinesco de la Pineda de Gavà, el candidato socialista dio un paso más y ensanchó el espectro de sus enemigos ideológicos: "Nosotros somos la oposición al lío del nacionalismo y el independentismo. (...) Las disputas de banderas no pasan por delante de las personas. (...) Tenemos que deshacer el engaño del nacionalismo; se engañan y engañan" (los subrayados son míos). O sea, que a Sánchez-Camacho y a Rivera les ha salido una dura competencia.

Si, en el fragor de las próximas nueve semanas, este tipo de mensajes intensifican su voltaje -si, en el afán por no perder las elecciones, el españolismo del PSC se pasa de frenada- lo que puede sufrir un daño irreparable es la propia identidad fundacional del partido, aquellos tan sutiles como rentables equilibrios que tomaron forma entre el Pacte d'Abril de 1977 y la unificación socialista de julio de 1978. Un PSC transmutado de facto en Federación Catalana del PSOE tendría más o menos votos, pero dejaría de ser la eficaz bisagra social e identitaria que lleva más de tres décadas siendo.

En este contexto, viene a la memoria lo que un ilustre exponente del PSC más catalanista, hoy autoexcluido de las listas, replicó en el verano de 2006 a quienes se mostraban escépticos sobre la capacidad del candidato Montilla para movilizar el voto del cinturón barcelonés: "Entonces, ¿a quién tenemos que presentar la próxima vez? ¿A Alejandro Lerroux?". Sería un error catastrófico si, pensando que de perdidos, al río, alguien tratase ahora de disfrazar a José Montilla de emperador del Paralelo.

Joan B. Culla i Clarà es profesor de Historia Contemporánea de la Universidad Autónoma de Barcelona.

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