Sinónimos
Al leer aquel titular, lo primero que pensé fue que mi presbicia iba en aumento. La sección de 'Última Hora' de la edición digital de este diario se hacía eco de las críticas de The Economist a Sarkozy, por la expulsión de gitanos del territorio francés, calificándola como una medida "ilegal y probablemente inmoral". No es posible, me dije, y me limpié las gafas, y volví a leer esos dos adjetivos, el adverbio de modo que afectaba en exclusiva al más delicado de los dos, la prioridad que su inclusión establecía en la frase, no puede ser...
Efectivamente, no lo era. Cuando me recuperé del susto, volví a consultar el titular y los adjetivos, ya corregidos, aparecían en el orden inverso, "inmoral y probablemente ilegal", integrando una expresión razonable, que no me habría llamado la atención sin una errata de por medio. A cambio, en un enlace relacionado, Zapatero declaraba que Francia había tenido sus razones para actuar y, antes de juzgar, era preciso esperar a conocerlas.
En otras circunstancias, habría vuelto a decirme a mí misma que no podía ser, y a limpiarme las gafas, y a leer con más cuidado, pero esta vez renuncié a tiempo. Intenté hacer la cuenta de todas las actitudes inmorales, pero perfectamente legales, que me han provocado un estupor semejante en las últimas semanas, desde los elogios de Rajoy a Camps hasta la cruzada contra los liberados de Aguirre, pasando por la estrategia de los abogados de Díaz Ferrán, las lágrimas de la Pantoja o la astronómica cantidad de dinero público que los patrones de esos mineros leoneses que llevan tres meses sin cobrar se embolsaron hace poco, y comprendí que, sin ellas, tal vez habría detectado a la primera la errata en el titular de The Economist. El adjetivo inmoral y el adjetivo ilegal deberían ser sinónimos, pero pocas veces se han dado la espalda tanto como ahora.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.