"Hemos hecho los deberes"
En poco más de tres décadas, España ha pasado de la nada la actividad espacial a convertirse en la quinta potencia europea de un sector cada vez más atractivo y con mayor peso en el tejido industrial español. Es además una de las actividades que mejor encajan en la nueva economía que defienden desde el Gobierno: innovación, alto valor añadido, empleo cualificado, efecto locomotora... Sin embargo, durante los dos últimos ejercicios ha sufrido un notable recorte del respaldo administrativo. La crisis manda, y en los periodos de negociación presupuestaria suelen acentuarse las presiones de los principales afectados. Proespacio es la patronal que agrupa a las empresas de un sector "con gancho", según su presidente.
Tras la crisis, esperamos seguir siendo el modelo de la nueva economía
Pregunta. Con cuatro millones de parados, el Pacto de Toledo a punto de saltar por los aires..., no debe de ser fácil pedir dinero para satélites.
Respuesta. Eso parece, y por eso tenemos que hacer un esfuerzo importante en explicarle a la sociedad la trascendencia de este sector del que recibe unos importantes beneficios tanto directos como indirectos: aeronáutica, medicina, bioquímica, ciencias del conocimiento... Gran parte de la tecnología que se desarrolla o incluso productos concretos se trasladan a la vida cotidiana. Y a eso hay que añadir su papel como punta de lanza tecnológica, un marcado carácter exportador, (más del 70% de la producción) y la alta cualificación técnica y profesional de la mayoría de sus empleados. En algunas actividades, más del 25% se dedica a I+D.
P. Parece diseñado por el propio Gobierno para su nueva economía...
R. Efectivamente, es un sector estratégico en el que se multiplica rápidamente la inversión. En aplicaciones directas, por ejemplo, cada euro que se pone en el espacio se multiplica por tres. Y en aplicaciones de otro tipo se multiplica por 18 o incluso por 60. Las dificultades actuales se pueden generalizar al resto de Europa, donde también han sufrido vaivenes y congelaciones, en lugar de crecimientos del 8% al 10% como teníamos hasta ahora. Esperamos que tras la crisis efectivamente sigamos siendo el modelo de la nueva economía que quiere aplicar el Gobierno.
P. ¿Esperan ponerse al día de los planes previstos de inversión en el próximo ejercicio?
R. Va a ser difícil que en 2011 nos pongamos al día, pero sí deberíamos mantener por lo menos el espíritu de continuidad, la capacidad de inversión. La Administración nos puso el reto hace unos años de doblar la inversión, y la industria ha respondido. Hemos hecho los deberes. Se han firmado nuevos contratos con la Agencia Espacial, en el ámbito comercial... creo que hemos sido consecuentes, y actualmente tenemos un tejido industrial y laboral muy bueno.
P. ¿Y el compromiso de recibir más de 600 millones en el trienio 2009-2011?
R. El compromiso era de 680 millones para tres años, lo que supone una media anual de 225 aproximadamente. En 2009 hubo una inversión de 190, y en 2010, de 120. Para 2011 estamos diciendo a la Administración que hay que recuperar porque tenemos también una deuda con la Agencia Espacial Europea y de lo contrario no se pueden aplicar los programas. Es un año también malo, de transición hasta el 2012, en el que parece que saldremos de la crisis, pero al menos deberíamos llegar a 200 o 220 millones.
P. ¿Puede ser significativo el aumento de la demanda privada en el ámbito de las telecomunicaciones para reducir su dependencia de los Presupuestos Generales?
R. En el ámbito comercial no solo están ya los dos operadores que hay en España:
Hispasat e Hisdesat. A través de ellos obtenemos gran parte de los contratos de los satélites comerciales españoles, pero la base está en la Agencia Espacial Europea, donde generamos el conocimiento y los desarrollos tecnológicos para abordar las aplicaciones comerciales.
P. Con el programa de observación de la Tierra parece que van a dar un salto cualitativo importante al completar la oferta de sistemas de un satélite...
R. Así es, el sector está ya preparado para eso; de hecho, ese cambio empezó con el satélite SMOS. Se han firmado ya los contratos y ya se están construyendo los dos satélites españoles de observación de la Tierra: el satélite óptico Ingenio para el CDTI y el Ministerio de Industria, y el satélite radar PAZ para el Ministerio de Defensa a través de Hisdesat. En el ámbito de la defensa, y también con Hisdesat, el sector cuenta con la posibilidad de tener una importante participación en el nuevo satélite de comunicaciones militares que se desarrollará conjuntamente con Noruega. Un satélite importante, de más de cinco toneladas y con más de 30 transpondedores. Una prueba clara para demostrar la competencia y preparación del sector espacial en España.
P. ¿Puede considerarse ya una industria consolidada?
R. Sí, pero evidentemente quedan cosas por hacer. Tenemos un núcleo importante de compañías ya con muchas competencias, somos muchas empresas, pero también tenemos ventajas importantes como la de cubrir todo el abanico de competencias espaciales: lanzaderas, satélites de observación de la Tierra, de telecomunicaciones, operadores, y también compañías muy bien situadas en el segmento terreno como Indra, por ejemplo. Estamos muy bien colocados en Europa, justo detrás de los cuatro grandes, y queremos seguir en ese vagón inmediato a la locomotora.
P. ¿Es previsible un aumento del peso de las compañías de capital español como Indra, Sener, GMV... incluso de las más pequeñas?
R. Lo que podría ocurrir en España es consolidar el sector alrededor de compañías de mayor tamaño como ocurre en Alemania o Francia, lo que actualmente no es un impedimento para desarrollar conjuntamente los programas porque tenemos una buena simbiosis y complementariedad de competencias. La Administración nos encargó hace unos años que las empresas más grandes se preocuparan de incluir en los programas a todas las empresas posibles, y, por ejemplo, en el caso del satélite Ingenio, la organización industrial cuenta con una parte significativa del sector.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.